La ombudsman potosina, Magdalena González. Foto: Adriana Carrillo Alemán/La Jornada-.------------------------------
Estamos trabajando para que revelen los abusos sufridos, dice González Vega
Aunque hay casos comprobados de violencia física y verbal, además de la discriminación laboral en contra de las mujeres transexuales en San Luis Potosí, no existe una cultura de la denuncia, informó Magdalena González Vega, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
En entrevista, la funcionaria atribuyó esta tendencia a que existe desconfianza entre las víctimas hacia las instituciones. No obstante, señaló que ya se realizan esfuerzos para difundir la cultura de la denuncia, y para ello trabajan con la organización no gubernamental Fomentando Identidades y Diversidades (FID).
Magdalena González indicó que la comisión lleva entre tres y cuatro años trabajando con mujeres transexuales para que revelen los abusos y discriminaciones que han sufrido.
Desde que son niñas, dijo la entrevistada, las mujeres transgénero reciben el maltrato de sus familias, por la manera de ser femenina dentro y fuera de la casa. Una de las formas de este maltrato es la decisión de los padres de familia de sacarlas de la escuela porque no toleran que se comporten así.
En otras ocasiones, los familiares llegan a la violencia física. González Vega recordó un caso en el que durante su infancia, una mujer trasgénero fue golpeada por su padre hasta casi causarle la muerte. La menor huyó a una iglesia, en donde un sacerdote se dio cuenta de la situación.
Sin acceso a la educación, indicó la presidenta de la CEDH, tienen pocas oportunidades laborales. Cuando tratan de conseguir trabajo no lo obtienen y terminan dedicándose a ser estilistas.
En otros casos, son las escuelas las fuentes de la discriminación. Mujeres transgénero que han querido estudiar para maestras han sido rechazadas porque esas instituciones no creen que vayan a enseñar bien y ponen en primer plano su apariencia.
La comisión, indicó, ha intentado ayudar en estos casos, canalizándolos a las autoridades laborales. Sin embargo, poco es lo que se puede hacer. Los ofrecimientos de una plaza laboral no funcionaron porque la mayoría de estas mujeres se dedica al sexoservicio por las noches, por lo que no podían levantarse a la hora adecuada para otro trabajo.
González Vega señaló que los casos de discriminación contra transexuales surgen durante los cursos que realiza, pero no son denunciados ante las autoridades por el miedo de las víctimas a sufrir represalias.
También señaló que las mujeres transgénero que practican el sexoservicio en el Eje Vial tampoco denuncian la violencia física que se ejerce contra ellas. En estos casos, los clientes las golpean y les roban el dinero. El motivo es el mismo, el miedo a las represalias.
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