Fuentes: Diario Digital Transexual/ Diario Público/ Aragón Digital/ Agencias de prensa-.
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Las asociaciones reclaman una atención integral en todas las comunidades. No son enfermos, pero quieren atención sanitaria. Los transexuales están molestos porque las sociedades científicas catalogan la transexualidad como un trastorno en los manuales de enfermedades, pero no se les presta una asistencia sanitaria integral en todas las comunidades autónomas.
También en Vitoria, concentración de activistas transexuales para denunciar la "precariedad y vulnerabilidad" del colectivo; así como en otras partes de España.
Ésa es su prioridad. Las asociaciones denuncian que la la atención que se les da es desigual en los territorios. Ésta fue ayer una de sus principales reivindicaciones durante la celebración del Día Internacional de la Despatologización de la Transexualidad.
El grupo Acera del Frente exige que la sanidad pública dé cobertura a los transexuales sin necesidad de acreditar su disforia de género con un certificado psicológico. Esta demanda va calando en la sociedad hasta el punto de que un partido católico, el PNV, defendió en septiembre pasado una iniciativa en el Congreso de los Diputados para eliminar la exigencia de dos años de hormonación para poder cambiar el sexo en el DNI. Al final, el Parlamento aprobó una versión descafeinada en la que solo se pide al Gobierno que analice la conveniencia de suprimir el requisito.
20 especialidades
Para el coordinador del Área de Transexualidad de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Martín Berenguer, la sanidad pública ha de dar atención en las más de 20 especialidades que puede necesitar un transexual.
Más allá de la cirugía genital, los afectados exigen que, independientemente de dónde vivan, puedan ir a consultas endocrinológicas, dermatológicas o psicológicas en los centros de salud de su entorno.
El fin es que no tengan que desplazarse a otras o, incluso, irse a vivir fuera. "Queremos el compromiso de las administraciones públicas de que en todas las comunidades autónomas se opere y se den los tratamientos adecuados", añade Miguel Ángel González, presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) .
Las asociaciones aseguran que la atención sigue siendo desigual por territorios y que la creación de centros de referencia nacional para la cirugía no es una realidad. El Ministerio de Sanidad y las comunidades pactaron que los transexuales de unas comunidades autónomas puedan operarse en otras. "Pero esto hoy está parado", denuncia Berenguer.
Para poder atenderles, los médicos defienden la necesidad de catalogar la transexualidad de alguna forma. "Si no, no se puede tratar en la sanidad pública", señala el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, José Giner. El secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez, añade que al clasificarla se pueden intercambiar opiniones y experiencias, fijar los protocolos de actuación o determinar la medicación.
"El trastorno de identidad de género se incluye en el contexto de las enfermedades mentales", se queja Sandra Fernández, miembro del grupo Acera del Frente. A su juicio, es una concepción "patologizadora" de la transexualidad. El Manual de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría y el Catálogo de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud contempla el trastorno de la identidad sexual.
Identidad sexual
"Nos gustaría que todas las identidades de género estuvieran fuera de cualquier identificación patológica, enfermedad o problema fuera de lo normal", añade Martín Berenguer. Una opinión similar expresa Miguel González desde Cogam: "No es ningún tipo de enfermedad". ¿De qué se trata? Simplemente, de un "estado" en el que una persona se siente mujer u hombre dentro de un cuerpo que no corresponde a ese sentimiento, según el presidente de Cogam. "Puede verse como un error en el desarrollo del gen femenino o masculino", agrega.
Los médicos les apoyan. Giner niega que se trate de una patología, porque los afectados no tiene por qué medicarse, si el paciente no lo pide, ni se hacen campañas públicas de prevención. Este psiquiatra describe la transexualidad como el desarrollo "no normal" de la identidad sexual, en el sentido de que se sale de la estadística mayoritaria, con una prevalencia de uno por mil habitantes.
En todo caso, señala que se incluye en los manuales como trastorno, al igual que se hace con el fetichismo, "que se acepta pero no es habitual". El presidente de la OMC, que exige no estigmatizar al colectivo, reconoce que es "muy desafortunado" incluir la transexualidad como trastorno en los manuales de enfermedades. A su juicio, cabe cambiar esa denominación cuando se revisen estos textos y dejarlo simplemente como un "problema o necesidad de salud y atención".
Medio centenar de personas se concentran en Zaragoza para pedir que la transexualidad deje de considerarse como un trastorno
Unas 50 personas se han congregado este sábado en Zaragoza para reclamar que la transexualidad deje de considerarse un trastorno. Bajo el lema "Ni hombres, ni mujeres, el binarismo nos enferma", han emprendido una marcha que ha detenido la Policía Nacional porque no se habían pedido los permisos en el plazo marcado por la Ley.
Alrededor de medio centenar de personas se han reunido hacia las 13.00 horas de este sábado a las puertas del Paraninfo de Zaragoza para reivindicar que la transexualidad deje de considerarse como un trastorno mental. Para ello, han organizado una pequeña marcha encabezada por una pancarta en la que se leía el lema "Ni hombres, ni mujeres, el binarismo nos enferma” y marcada por el ritmo de un grupo de percusionistas.
Según ha explicado el portavoz de la Plataforma Octubre Trans, Chuse Aliaga, se buscaba “pedir la despsiquitrización de las personas transexuales”. Hace un año se organizaron marchas similares en Madrid, Barcelona y París y en esta segunda convocatoria Zaragoza se ha sumado a la protesta junto a otras ciudades españolas como La Coruña, San Sebastián o Vitoria. “Era una apuesta dura, pero el motivo era lo suficientemente importante para hacer este esfuerzo”, ha asegurado Aliaga.
De este modo, los manifestantes han querido protestar por que “las personas transexuales tengan que acudir a un psiquiatra para que defina su identidad sexual”. Por eso, solicitan que la visita a este especialista sea voluntaria y no decida el cambio en el registro civil que permite la Ley de Transexualidad. Chuse Aliaga ha recordado que “no hace demasiado tiempo gays y lesbianas también eran considerados enfermos y sometidos a tratamientos muy duros”.
Por último, la manifestación también contenía una protesta social porque “el colectivo transexual es el más vulnerable y de desarraigo social”. La concentración tenía previsto marchar por el paseo Independencia pero la Policía Nacional la ha detenido unos momentos porque no se habían pedido los permisos en el plazo que marca la Ley. Ante esta situación, la protesta ha podido continuar su camino, con la salvedad de la pancarta.
"Me empadroné en Oviedo para ser tratada"
Jana Quintanilla ha tenido que salir de Castilla y León para hormonarse
Jana Quintanilla está molesta con la Junta de Castilla y León por "ignorar" a los transexuales. "Soy de León, una de las regiones más reacias a estos tratamientos", afirma esta transexual.
La presión del pueblo leonés en el que se crió, "con creencias muy religiosas", le pesó demasiado. Quiso superar su condición sexual y se le ocurrió casarse y tener dos hijos. Su pareja comenzó a notar algo, "cosas no habituales en un chico", pero solo hace un mes que se separaron.
"Todavía vivimos juntas", dice Jana. Fue ella la que le empujó a ir al psicólogo, al que ya visita desde hace dos años. Sus padres, hijos y alguno de sus siete hermanos no le entienden.
A mitad de la terapia, Jana le dijo a su psicóloga que quería hormonarse. Le tocó una médico joven que le contó que la Junta de Castilla y León no financia el tratamiento hormonal. Entonces, Jana contactó con Xega, una asociación de gays en Asturias. La solución fue empadronarse en Oviedo para recibir allí el tratamiento hormonal.
Comenzó a hormonarse en agosto de 2007. El próximo paso será cambiar el DNI, que ya cuenta con la aprobación judicial. En un futuro, quiere operarse. Pero no desea irse a otra comunidad autónoma. "No veo el día", concluye.
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Las asociaciones reclaman una atención integral en todas las comunidades. No son enfermos, pero quieren atención sanitaria. Los transexuales están molestos porque las sociedades científicas catalogan la transexualidad como un trastorno en los manuales de enfermedades, pero no se les presta una asistencia sanitaria integral en todas las comunidades autónomas.
También en Vitoria, concentración de activistas transexuales para denunciar la "precariedad y vulnerabilidad" del colectivo; así como en otras partes de España.
Ésa es su prioridad. Las asociaciones denuncian que la la atención que se les da es desigual en los territorios. Ésta fue ayer una de sus principales reivindicaciones durante la celebración del Día Internacional de la Despatologización de la Transexualidad.
El grupo Acera del Frente exige que la sanidad pública dé cobertura a los transexuales sin necesidad de acreditar su disforia de género con un certificado psicológico. Esta demanda va calando en la sociedad hasta el punto de que un partido católico, el PNV, defendió en septiembre pasado una iniciativa en el Congreso de los Diputados para eliminar la exigencia de dos años de hormonación para poder cambiar el sexo en el DNI. Al final, el Parlamento aprobó una versión descafeinada en la que solo se pide al Gobierno que analice la conveniencia de suprimir el requisito.
20 especialidades
Para el coordinador del Área de Transexualidad de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Martín Berenguer, la sanidad pública ha de dar atención en las más de 20 especialidades que puede necesitar un transexual.
Más allá de la cirugía genital, los afectados exigen que, independientemente de dónde vivan, puedan ir a consultas endocrinológicas, dermatológicas o psicológicas en los centros de salud de su entorno.
El fin es que no tengan que desplazarse a otras o, incluso, irse a vivir fuera. "Queremos el compromiso de las administraciones públicas de que en todas las comunidades autónomas se opere y se den los tratamientos adecuados", añade Miguel Ángel González, presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) .
Las asociaciones aseguran que la atención sigue siendo desigual por territorios y que la creación de centros de referencia nacional para la cirugía no es una realidad. El Ministerio de Sanidad y las comunidades pactaron que los transexuales de unas comunidades autónomas puedan operarse en otras. "Pero esto hoy está parado", denuncia Berenguer.
Para poder atenderles, los médicos defienden la necesidad de catalogar la transexualidad de alguna forma. "Si no, no se puede tratar en la sanidad pública", señala el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, José Giner. El secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez, añade que al clasificarla se pueden intercambiar opiniones y experiencias, fijar los protocolos de actuación o determinar la medicación.
"El trastorno de identidad de género se incluye en el contexto de las enfermedades mentales", se queja Sandra Fernández, miembro del grupo Acera del Frente. A su juicio, es una concepción "patologizadora" de la transexualidad. El Manual de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría y el Catálogo de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud contempla el trastorno de la identidad sexual.
Identidad sexual
"Nos gustaría que todas las identidades de género estuvieran fuera de cualquier identificación patológica, enfermedad o problema fuera de lo normal", añade Martín Berenguer. Una opinión similar expresa Miguel González desde Cogam: "No es ningún tipo de enfermedad". ¿De qué se trata? Simplemente, de un "estado" en el que una persona se siente mujer u hombre dentro de un cuerpo que no corresponde a ese sentimiento, según el presidente de Cogam. "Puede verse como un error en el desarrollo del gen femenino o masculino", agrega.
Los médicos les apoyan. Giner niega que se trate de una patología, porque los afectados no tiene por qué medicarse, si el paciente no lo pide, ni se hacen campañas públicas de prevención. Este psiquiatra describe la transexualidad como el desarrollo "no normal" de la identidad sexual, en el sentido de que se sale de la estadística mayoritaria, con una prevalencia de uno por mil habitantes.
En todo caso, señala que se incluye en los manuales como trastorno, al igual que se hace con el fetichismo, "que se acepta pero no es habitual". El presidente de la OMC, que exige no estigmatizar al colectivo, reconoce que es "muy desafortunado" incluir la transexualidad como trastorno en los manuales de enfermedades. A su juicio, cabe cambiar esa denominación cuando se revisen estos textos y dejarlo simplemente como un "problema o necesidad de salud y atención".
Medio centenar de personas se concentran en Zaragoza para pedir que la transexualidad deje de considerarse como un trastorno
Unas 50 personas se han congregado este sábado en Zaragoza para reclamar que la transexualidad deje de considerarse un trastorno. Bajo el lema "Ni hombres, ni mujeres, el binarismo nos enferma", han emprendido una marcha que ha detenido la Policía Nacional porque no se habían pedido los permisos en el plazo marcado por la Ley.
Alrededor de medio centenar de personas se han reunido hacia las 13.00 horas de este sábado a las puertas del Paraninfo de Zaragoza para reivindicar que la transexualidad deje de considerarse como un trastorno mental. Para ello, han organizado una pequeña marcha encabezada por una pancarta en la que se leía el lema "Ni hombres, ni mujeres, el binarismo nos enferma” y marcada por el ritmo de un grupo de percusionistas.
Según ha explicado el portavoz de la Plataforma Octubre Trans, Chuse Aliaga, se buscaba “pedir la despsiquitrización de las personas transexuales”. Hace un año se organizaron marchas similares en Madrid, Barcelona y París y en esta segunda convocatoria Zaragoza se ha sumado a la protesta junto a otras ciudades españolas como La Coruña, San Sebastián o Vitoria. “Era una apuesta dura, pero el motivo era lo suficientemente importante para hacer este esfuerzo”, ha asegurado Aliaga.
De este modo, los manifestantes han querido protestar por que “las personas transexuales tengan que acudir a un psiquiatra para que defina su identidad sexual”. Por eso, solicitan que la visita a este especialista sea voluntaria y no decida el cambio en el registro civil que permite la Ley de Transexualidad. Chuse Aliaga ha recordado que “no hace demasiado tiempo gays y lesbianas también eran considerados enfermos y sometidos a tratamientos muy duros”.
Por último, la manifestación también contenía una protesta social porque “el colectivo transexual es el más vulnerable y de desarraigo social”. La concentración tenía previsto marchar por el paseo Independencia pero la Policía Nacional la ha detenido unos momentos porque no se habían pedido los permisos en el plazo que marca la Ley. Ante esta situación, la protesta ha podido continuar su camino, con la salvedad de la pancarta.
"Me empadroné en Oviedo para ser tratada"
Jana Quintanilla ha tenido que salir de Castilla y León para hormonarse
Jana Quintanilla está molesta con la Junta de Castilla y León por "ignorar" a los transexuales. "Soy de León, una de las regiones más reacias a estos tratamientos", afirma esta transexual.
La presión del pueblo leonés en el que se crió, "con creencias muy religiosas", le pesó demasiado. Quiso superar su condición sexual y se le ocurrió casarse y tener dos hijos. Su pareja comenzó a notar algo, "cosas no habituales en un chico", pero solo hace un mes que se separaron.
"Todavía vivimos juntas", dice Jana. Fue ella la que le empujó a ir al psicólogo, al que ya visita desde hace dos años. Sus padres, hijos y alguno de sus siete hermanos no le entienden.
A mitad de la terapia, Jana le dijo a su psicóloga que quería hormonarse. Le tocó una médico joven que le contó que la Junta de Castilla y León no financia el tratamiento hormonal. Entonces, Jana contactó con Xega, una asociación de gays en Asturias. La solución fue empadronarse en Oviedo para recibir allí el tratamiento hormonal.
Comenzó a hormonarse en agosto de 2007. El próximo paso será cambiar el DNI, que ya cuenta con la aprobación judicial. En un futuro, quiere operarse. Pero no desea irse a otra comunidad autónoma. "No veo el día", concluye.
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