10 octubre 2008

ARGENTINA: Vuelve a nacer tras cirugía de cambio de sexo


Fuente: Primera Hora (Puerto Rico)-.
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Nació en 1990, pero su vida comenzó en el 2007.

“Marcos” nació el 18 de julio de 1990 y se crió en Villa Dolores, en Córdoba, Argentina.

Sus padres, una maestra y un médico, notaron que al niño le gustaba jugar más con muñecas que con carritos y, a través de los años, mostraba tendencias femeninas.

Al ser diagnosticado con disforia sexual, sus padres recurrieron en el 2004 a los tribunales para que pudiera someterse a una operación de cambio de sexo, aún siendo menor de edad. Lo logró en el 2007, cuando ya tenía 17 años.

“Marcos”, ahora “Nati”, comenzó su vida el 3 de diciembre de 2007 cuando se sometió a la operación quirúrgica en una clínica de La Plata.

En una entrevista con el periódico Clarín, después de haberse sometido a la cirugía, la joven confesó que trató de suicidarse en dos ocasiones y de mutilarse sus genitales tres veces.

“Yo siempre he sido una mujer. Lo anterior, 'Marcos', fue un error de la naturaleza... Era yo, pero encerrada en un cuerpo que no correspondía a mi verdadera identidad sexual”, expresó la alumna de escuela superior al diario argentino.

Una vez se sometió a la operación, se sintió “fundada”.

“Nunca me voy a olvidar de cuando me llevaban en la camilla al quirófano. Estaba tan contenta que no me preocupaba la muerte. Si me tuviese que morir, pensaba, por lo menos me voy a morir digna”, agregó.

Destacó que antes odiaba los espejos y se bañaba con la luz apagada para no verse. Ahora quiere terminar la escuela e ir a universidad.

Casos en Puerto Rico

La profesora de bioética de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana, Linette Sánchez, destacó que, hasta el momento, dos casos de transexuales han llegado hasta el Tribunal Supremo. Pero los dos se contradicen.

El primero fue en 2000, cuando se le permitió a un hombre que atravesó por la operación de cambio de sexo a cambiar su género y nombre en el certificado de nacimiento. La decisión no sentó precedente.

Sin embargo, cinco años después, los jueces denegaron la misma petición de otro varón, basándose en la Ley del Registro Demográfico, de 1931.

La opinión de los jueces del Supremo se basó en la biología genética al indicar que los cromosomas no pueden variarse y que el cambio genital es “estético”. Las opiniones disidentes de Jaime Fuster Berlingeri y de Liana Fiol Matta criticaron se fueran por encima de la ley suprema, la Constitución. Este segundo caso estableció precedente por ser por opinión.

Notas Relacionadas

A favor del derecho a la esperanza


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La decisión del juez Rodolfo Mario Álvarez (abajo) a favor de que la ahora mujer apodada “Nati” (arriba) pudiera someterse a una intervención quirúrgica para cambiar su sexo y nombre en sus documentos, sentó la pauta para la discusión del tema en Argentina y en otros países.)

La esperanza fue el “derecho” que guió a un juez argentino a permitir que un jovencito menor de edad pudiera lograr su sueño: convertirse en mujer.

El año pasado, el juez en lo civil, comercial y de familia de Villa Dolores, en Córdoba, Rodolfo Mario Álvarez, tuvo ante sí uno de los casos, si no el caso más difícil de su carrera jurídica.

Su decisión a favor de que “Marcos” (como se le identifica en los medios argentinos) pudiera someterse a una intervención quirúrgica para cambiar su sexo y “corregir” su género y nombre en su certificado de nacimiento y demás documentos personales, sentó la pauta para la discusión del tema en su país y en otros lugares que observaron el proceso de cerca.

Los padres de “Marcos”, de 14 años, llevaron la petición ante su consideración por primera vez en octubre de 2004 basándose en que desde pequeño, su hijo se comportaba y actuaba como una niña y era víctima de discrimen, por lo que estaba deprimido.

El juez lo rechazó sin tramitarlo, no tanto por el tema de la transexualidad, sino por la edad. Fue la Cámara de Apelaciones -el equivalente Tribunal de Apelaciones de Puerto Rico- que le ordenó atender el caso tres años después.

“Se le diagnosticó patología transexualismo genuino, que consiste de disociación entre el sexo físico y el sexo psicosocial. Que la terapia era la operación para aminorar su padecimiento”, destacó ante estudiantes y profesores de la Universidad Interamericana.

Al no haber legislación al respecto, Álvarez nombró un comité de bioética con especialistas en pediatría, urología, psiquiatría, psicología, sexología, medicina general, trabajador social, entre otros. Su conclusión fue que el joven presentaba una “clara y severa disforia de género”, que había intentado suicidarse y provocarse actos de agresión. A su vez, estaba seguro que la operación mejoraría su calidad de vida, además de que, a sus ya 17 años, era “competente” para decidir.

Álvarez consideró los derechos fundamentales de la persona, como el derecho a una vida digna y el derecho a la salud, pero señaló que su decisión -emitida en 2007- fue “más allá a la aplicación del derecho” al tomar en cuenta el derecho a la esperanza y la justicia.

La entrevista que tuvo con el joven fue fundamental. Ante sí tenía a una niña con senos, arreglada y con sus uñas pintadas.

“Yo advertí un ser humano sufriente que estaba esperanzado en poder cambiar y se encontraba acorralado en algo de lo cual él no podía decidir y tenía que recurrir al Estado... para pedir permiso para seguir viviendo o empezar a vivir bien”, indicó Álvarez,
quien destacó que desde que “Marcos” se sometió a la cirugía en diciembre de 2007, ha mostrado “mejoramiento en el equilibrio psíquico y anímico” de la ahora mujer apodada “Nati”, de 18 años.


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