Fuente: Diario Panorama - Investigación especial-.
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Un informe especial de Noticiero 7, reveló la existencia de varios menores que ejercen la prostitución en las calles de la ciudad. Desde los 15 años ofrecen sus pequeños cuerpos en las esquinas céntricas de esta capital, sacando a luz una problemática que también afecta a la provincia: la prostitución de menores. El análisis de especialistas y el testimonio de quienes trabajan en la noche, entregando su cuerpo a cambio de dinero.
La noche de Santiago esconde detrás de sus innumerables misterios, la prostitución de menores. Las calles de la ciudad tienen secretos muy bien guardados, que revelan el lado oscuro de un mercado aberrante. La prostitución infantil es una realidad en Santiago del Estero. Jovencitas de hasta 15 años, mujeres y travestis, ofrecen sus cuerpos al mejor postor.
Micaela es una travesti que ejerce la prostitución desde los 16 años: “Hace tres años que estoy en la calle. La primera vez que me dieron dinero para tener relaciones con una persona, estaba por cumplir 17 años. En ese momento no lo dude, era plata fácil… y cuando me quise dar cuenta estaba en la calle completamente producida, trabajando”.
El relato de Micaela nos permite trazar un panorama de lo que noche a noche muchas chiquilinas viven en la calle. Su testimonio, confirma la existencia de menores que ejercen la prostitución a edades que generan escalofríos. “Hay chicas de 15 años trabajando en la calle, el por qué no lo sé”, asegura.
Soledad es una adolescente de 17 años que ingresó en el negocio de la prostitución hace algunos meses. Su voz tímida resulta paradójica si pensamos en la profesión que ejerce, y absolutamente razonable cuando nos percatamos de que se trata sólo de una niña. “Estoy trabajando en la calle hace seis meses, más o menos”, relata y explica que comienza “a las 10 de la noche y me quedo hasta las 2 más o menos”.
“Hay otras chicas de mi misma edad trabajando en la calle, y algunas incluso más chicas, de 14 o 15 años”, relata, poniendo en evidencia una situación aberrante. “Lo que hago lo hago sin pensar, porque si me pusiera a pensar, no lo haría”, asegura.
Mentes enfermas, cuerpos ultrajados
La existencia de una oferta sexual de menores de edad evidencia otra circunstancia inherente a esta problemática. La demanda. Consultada en torno a esta temática, la psiquiatra Teresa Sánchez Cantero, afirmó que “la persona que busca consumir sexo con niños, está muy enferma psicológicamente”.
“Estamos hablando de casos de perversión. Es interesante pensar porque nuestras menores en lugar de estar viviendo una juventud plena y sana están en las calles céntricas. Son chiquilinas de 14, 15 o 16 años”, indicó.
Por su parte, la trabajadora social Silvia Borcelino, manifestó que la prostitución de personas travestis o transexuales, no da la pauta de que estamos poniendo en situación de vulnerabilidad y riesgo a muchos niños.
“La prostitución es un sistema organizado dentro del mercado que la sustenta, hay clientes que consumen y lo peor de todo es que las exigencias de estos clientes están relacionadas con niños, niñas o adolescentes. En el norte argentino este tema es cada vez más preocupante. La trata de personas genera un mercado paralelo muy difícil de controlar, de normar y a la vez de generar seguridad a las personas que ejercen la prostitución”, explicó.
Así, entre las sombras, en los rincones más oscuros de la ciudad, pequeñas jovencitas se ocultan de una sociedad que les dio la espalda para mostrarse sólo a quienes ayunos de cualquier valor moral, alquilan sus cuerpos frágiles para jugar con ellos, y dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Una problemática que afecta a nuestra provincia y sobre la que es necesario poner el acento cuanto antes, si queremos recuperar vidas que son violentadas día tras día, hora tras hora.
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Reportaje cortesía Noticiero 7 / Montaje de video Trans_Bitacora
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Un informe especial de Noticiero 7, reveló la existencia de varios menores que ejercen la prostitución en las calles de la ciudad. Desde los 15 años ofrecen sus pequeños cuerpos en las esquinas céntricas de esta capital, sacando a luz una problemática que también afecta a la provincia: la prostitución de menores. El análisis de especialistas y el testimonio de quienes trabajan en la noche, entregando su cuerpo a cambio de dinero.
La noche de Santiago esconde detrás de sus innumerables misterios, la prostitución de menores. Las calles de la ciudad tienen secretos muy bien guardados, que revelan el lado oscuro de un mercado aberrante. La prostitución infantil es una realidad en Santiago del Estero. Jovencitas de hasta 15 años, mujeres y travestis, ofrecen sus cuerpos al mejor postor.
Micaela es una travesti que ejerce la prostitución desde los 16 años: “Hace tres años que estoy en la calle. La primera vez que me dieron dinero para tener relaciones con una persona, estaba por cumplir 17 años. En ese momento no lo dude, era plata fácil… y cuando me quise dar cuenta estaba en la calle completamente producida, trabajando”.
El relato de Micaela nos permite trazar un panorama de lo que noche a noche muchas chiquilinas viven en la calle. Su testimonio, confirma la existencia de menores que ejercen la prostitución a edades que generan escalofríos. “Hay chicas de 15 años trabajando en la calle, el por qué no lo sé”, asegura.
Soledad es una adolescente de 17 años que ingresó en el negocio de la prostitución hace algunos meses. Su voz tímida resulta paradójica si pensamos en la profesión que ejerce, y absolutamente razonable cuando nos percatamos de que se trata sólo de una niña. “Estoy trabajando en la calle hace seis meses, más o menos”, relata y explica que comienza “a las 10 de la noche y me quedo hasta las 2 más o menos”.
“Hay otras chicas de mi misma edad trabajando en la calle, y algunas incluso más chicas, de 14 o 15 años”, relata, poniendo en evidencia una situación aberrante. “Lo que hago lo hago sin pensar, porque si me pusiera a pensar, no lo haría”, asegura.
Mentes enfermas, cuerpos ultrajados
La existencia de una oferta sexual de menores de edad evidencia otra circunstancia inherente a esta problemática. La demanda. Consultada en torno a esta temática, la psiquiatra Teresa Sánchez Cantero, afirmó que “la persona que busca consumir sexo con niños, está muy enferma psicológicamente”.
“Estamos hablando de casos de perversión. Es interesante pensar porque nuestras menores en lugar de estar viviendo una juventud plena y sana están en las calles céntricas. Son chiquilinas de 14, 15 o 16 años”, indicó.
Por su parte, la trabajadora social Silvia Borcelino, manifestó que la prostitución de personas travestis o transexuales, no da la pauta de que estamos poniendo en situación de vulnerabilidad y riesgo a muchos niños.
“La prostitución es un sistema organizado dentro del mercado que la sustenta, hay clientes que consumen y lo peor de todo es que las exigencias de estos clientes están relacionadas con niños, niñas o adolescentes. En el norte argentino este tema es cada vez más preocupante. La trata de personas genera un mercado paralelo muy difícil de controlar, de normar y a la vez de generar seguridad a las personas que ejercen la prostitución”, explicó.
Así, entre las sombras, en los rincones más oscuros de la ciudad, pequeñas jovencitas se ocultan de una sociedad que les dio la espalda para mostrarse sólo a quienes ayunos de cualquier valor moral, alquilan sus cuerpos frágiles para jugar con ellos, y dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Una problemática que afecta a nuestra provincia y sobre la que es necesario poner el acento cuanto antes, si queremos recuperar vidas que son violentadas día tras día, hora tras hora.
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Reportaje cortesía Noticiero 7 / Montaje de video Trans_Bitacora
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