Trabajadoras sexuales travestis se toman a la medianoche el parque de la carrera 15 con 105

Fuente: El Tiempo (Bogotá, Colombia)-.
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Cobran entre 20 y 40 mil pesos por sostener relaciones al 'aire libre' en el parque Molinos del Norte.

Si el cliente no tiene el dinero completo, por mitad de precio, puede recibir en el mismo sitio una sesión de sexo oral.

La mayoría de estas mujeres prefieren llevarse a sus clientes a este parque por economizar costos y tiempo. "Vamos, no nos demoramos. Te bajas los pantalones y yo me siento encima", se le escucha decir a Paola, una joven prostituta escondida detrás de una columna de cemento ante la presencia en el lugar de una patrulla de la policía.

Una de la ventajas que ofrece el parque Molinos del Norte para que sea utilizado como 'nido de amor' es la falta de iluminación y el descuido de las áreas verdes.

Muchas de las trabajadoras sexuales vienen procedentes de Chapinero y del centro de la ciudad.

Todas se conocen y con señas se avisan entre ellas cuando la policía se acerca. Sus edades no superan los cuarenta años y cuando se les pregunta si venden estupefacientes dicen que solo se dedican al amor pago.

Señalan a parqueadero de motel

El parque Molinos del Norte no es el único destino sexual de las parejas. El baño de un parqueadero ubicado en la calle 103 es ofrecido como refugio momentáneo por varias trabajadoras sexuales.

"Es en un baño. Tiene que pagar 6.000 pesos adicionales, no se preocupe que el vigilante nos deja entrar", aseguró una de ellas, quien dice ser barranquillera y que reconoce que su presencia en la vía pública es ilegal.

EL TIEMPO ZONA contactó al administrador del parqueadero quien negó las versiones según las cuales el baño del establecimiento es usado para sostener relaciones sexuales. "No tengo conocimiento de que ese tipo de cosas pasen en el parqueadero. Aquí cerramos a las 9:30 de la noche y el único baño que existe solo lo usa el vigilante".

Este parqueadero es propiedad de un laboratorio clínico que ha sido víctima de esta problemática. "Varias veces han roto las ventanas y en las mañanas aparece la basura de ellas", agregó el administrador.

Algunas trabajadoras sexuales creen que las quejas de los vecinos son infundadas y dicen que solo se dedican a subirse a los carros con destino a los apartamentos de los clientes o a moteles cercanos.

FABIÁN FORERO BARÓN

Redactor de EL TIEMPO ZONA

albfor@eltiempo.com.co