lanuevaespaña.com-.
-----------------------
La presidenta de la asociación de transexuales Soy Como Soy acude a la unidad avilesina, donde recibe un tratamiento hormonal vigilado por expertos.
«Me he encontrado con muy buenos profesionales. El primer trato ha sido muy positivo, es muy favorable poder seguir un control hormonal por profesionales». María Jesús Lastra, presidenta del colectivo de transexuales Soy Como Soy, resumía con estas palabras su primera consulta en la unidad de transexuales de Avilés, a las puertas del centro de salud mental de La Magdalena. Lastra llegó puntual a la cita y flanqueada por dos agentes de la Policía Nacional (cumple condena desde el 22 de enero de 2005 en el centro penitenciario de Villabona, Asturias). A las once menos cuarto de la mañana salía de la nueva unidad, la segunda del país, que abrió sus puertas el pasado 6 de marzo y que ofrece tratamiento hormonal a personas que sufren disforia de género como María Jesús Lastra.
María Jesús nació con cuerpo de varón pero no tardó en darse cuenta de que su anatomía nada tenía que ver con con lo que sentía. «A los 15 años supe que era una mujer y desde entonces quiero que me traten como tal», afirmó. Inició un tratamiento hormonal sin indicaciones médicas que le ha acarreado graves consecuencias: «Tengo algo en el pulmón, tal vez cancerígeno, por los productos que he estado tomando hasta ahora», reconoció.
Es por ello que para María Jesús Lastra (37 años) la puesta en marcha de la unidad de transexuales de Avilés es como un sueño cada vez más cerca de hacerse realidad. En ella tiene puestas sus «ilusiones y esperanzas». El seguimiento de su tratamiento hormonal es el primer paso para someterse a la operación de cambio de sexo que lleva esperando a lo largo de prácticamente toda su vida.
El centro avilesino funciona a pleno rendimiento desde el pasado 6 de marzo y se convertirá en un punto de referencia para toda Asturias y las comunidades vecinas. Esta unidad es la segunda de España, tras la ya existente en el Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga. El psiquiatra Juan José Martínez Jambrina es uno de de los responsables de la nueva unidad, junto a un endocrinólogo, un psicólogo y una enfermera del área sanitaria avilesina. La diferencia entre ambos centros es que en el de Avilés, por el momento, los transexuales no podrán someterse a cirugía de reasignación de sexo, sino que el tratamiento será únicamente hormonal.
Lastra aprovechó su visita al centro de salud mental de La Magdalena para denunciar el trato que dice recibir en prisión.
«Estoy pagando una doble condena por el mal funcionamiento del centro, psicológicamente estoy destrozada», señaló ayer. Desde su ingreso en prisión lucha por defender los intereses de los transexuales. Hace un año dio un giro a la política penitenciaria y logró, mediante un auto judicial, que la ingresaran en el módulo de mujeres. Pero el «acoso» al que dice estar sometida la obligó a regresar al módulo anterior. Ahora intenta que su DNI recoja su verdadera identidad: María Jesús. «Lo he solicitado ante los Juzgados de Llanera y lo han pasado a los de Oviedo», afirmó. Para ella cada paso es un atajo hacia su sueño.
-------------------------
Noticia relacionada con:
* Transexualidad y cárcel.
-----------------------
La presidenta de la asociación de transexuales Soy Como Soy acude a la unidad avilesina, donde recibe un tratamiento hormonal vigilado por expertos.
«Me he encontrado con muy buenos profesionales. El primer trato ha sido muy positivo, es muy favorable poder seguir un control hormonal por profesionales». María Jesús Lastra, presidenta del colectivo de transexuales Soy Como Soy, resumía con estas palabras su primera consulta en la unidad de transexuales de Avilés, a las puertas del centro de salud mental de La Magdalena. Lastra llegó puntual a la cita y flanqueada por dos agentes de la Policía Nacional (cumple condena desde el 22 de enero de 2005 en el centro penitenciario de Villabona, Asturias). A las once menos cuarto de la mañana salía de la nueva unidad, la segunda del país, que abrió sus puertas el pasado 6 de marzo y que ofrece tratamiento hormonal a personas que sufren disforia de género como María Jesús Lastra.
María Jesús nació con cuerpo de varón pero no tardó en darse cuenta de que su anatomía nada tenía que ver con con lo que sentía. «A los 15 años supe que era una mujer y desde entonces quiero que me traten como tal», afirmó. Inició un tratamiento hormonal sin indicaciones médicas que le ha acarreado graves consecuencias: «Tengo algo en el pulmón, tal vez cancerígeno, por los productos que he estado tomando hasta ahora», reconoció.
Es por ello que para María Jesús Lastra (37 años) la puesta en marcha de la unidad de transexuales de Avilés es como un sueño cada vez más cerca de hacerse realidad. En ella tiene puestas sus «ilusiones y esperanzas». El seguimiento de su tratamiento hormonal es el primer paso para someterse a la operación de cambio de sexo que lleva esperando a lo largo de prácticamente toda su vida.
El centro avilesino funciona a pleno rendimiento desde el pasado 6 de marzo y se convertirá en un punto de referencia para toda Asturias y las comunidades vecinas. Esta unidad es la segunda de España, tras la ya existente en el Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga. El psiquiatra Juan José Martínez Jambrina es uno de de los responsables de la nueva unidad, junto a un endocrinólogo, un psicólogo y una enfermera del área sanitaria avilesina. La diferencia entre ambos centros es que en el de Avilés, por el momento, los transexuales no podrán someterse a cirugía de reasignación de sexo, sino que el tratamiento será únicamente hormonal.
Lastra aprovechó su visita al centro de salud mental de La Magdalena para denunciar el trato que dice recibir en prisión.
«Estoy pagando una doble condena por el mal funcionamiento del centro, psicológicamente estoy destrozada», señaló ayer. Desde su ingreso en prisión lucha por defender los intereses de los transexuales. Hace un año dio un giro a la política penitenciaria y logró, mediante un auto judicial, que la ingresaran en el módulo de mujeres. Pero el «acoso» al que dice estar sometida la obligó a regresar al módulo anterior. Ahora intenta que su DNI recoja su verdadera identidad: María Jesús. «Lo he solicitado ante los Juzgados de Llanera y lo han pasado a los de Oviedo», afirmó. Para ella cada paso es un atajo hacia su sueño.
-------------------------
Noticia relacionada con:
* Transexualidad y cárcel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Trans_Bitácora - Diario de Información Digital Movimiento ITLGBQNBA+, no se hace responsable de los comentarios vertidos en el mismo