Noticia extraída de deambiente.com
Después de vivir 18 meses como un hombre, la periodista Norah Vincent (Fotografía derecha) se siente feliz de ser una mujer. Su libro, recientemente lanzado en Estados Unidos, desnuda el universo masculino. La periodista del diario 'Los Ángeles Times' comenta lo que descubrió en su aventura bajo la piel masculina.
Nueva York [Agencias]. En la batalla entre los sexos, la periodista estadounidense Norah Vincent fue toda una agente secreta. Durante 18 meses vividos tras la imagen de un hombre, intentó analizar cuán distinto era aquel poco estudiado género masculino. El resultado es el libro "Self-Made Man" ("Un hombre hecho a sí mismo : El relato del viaje de una mujer al mundo masculino y su regreso", Viking Penguin editores), donde escribe cómo, confundida bajo el nombre de "Ned" y trabajando en un puesto de vendedor que recorre el lado este de Manhattan, pasó desapercibido dentro del equipo del bowling masculino o exclusivos clubes donde no se reciben mujeres. Su personaje debía mostrarse como un hombre de 35 años y algo "nerd". Eso sí, en el gimnasio o en el trabajo, debía evitar traicionar su imagen, por lo que usaba permanentemente una prótesis de pene bajo la ropa interior, los pechos muy fajados, y el rostro bajo una permanente sombra de pelo sintético.
Recientemente editado en Nueva York, su reportaje periodístico ha recibido una impresionante aclamación de la crítica y los lectores. Ha sido comparado al trabajo que John Howard, el periodista que se maquilló para pasar como un hombre de raza negra a fines de la década del 50, abriéndole los ojos a todo un país sobre la terrible discriminación racial de su época. Vincent, una intelectual lesbiana, eligió el nombre de "Ned" porque ese era el apodo que su familia le había puesto cuando la notaban excesivamente masculina. En su investigación, lejos de creer que la vida del hombre es más fácil que la de la mujer, finaliza su experiencia pensando que el género masculino lo tiene muy difícil en una sociedad que lo obliga a competir permanentemente, a mostrarse agresivo, a no salir del estereotipo y a verse permanentemente forzado a suprimir sus emociones. "Como si la cultura les dijera: vamos a cortar su corazón, pero le daremos un pase VIP para compensarlo", escribe. Estas son razones suficientes para que la autora se sienta afortunada, orgullosa, libre y feliz por haber nacido mujer", escribe al final de su libro.
Para empezar su investigación, la columnista de "Los Ángeles Times", consiguió un trabajo en el sector ventas y rápidamente conoció el lado más oscuro de la vida masculina. Sus colegas no dejaban de proferir comentarios sexistas, discutían en términos especialmente gráficos qué deseaban hacer a las mujeres que se les cruzaban en los night clubs, por ejemplo. Ella concluye que toda esta bravuconada oculta su bloqueo emocional. Para la autora, los night clubs son lugares especialmente tristes, donde campea la soledad, que le producían "una compasión profunda" por los hombres.
Sin embargo, las mujeres tampoco salen bien libradas en su reportaje: "Las mujeres con las que tuve una cita hablaban literalmente durante horas, especialmente sobre aburridos detalles de sus vidas personales. El escucharlas era como experimentar una lobotomía", denuncia. En uno de los momentos más divertidos del libro, cuando Vincent revela, en mitad de una cita, su verdadera identidad a una mujer que la autora llama "Sasha", la mujer admitió que estaba lista a considerarlo su "novio gay".
Por ello, Vincent aboga por una definición más amplia de la masculinidad y se permite en su libro animar a los hombres para que formen un movimiento de "liberación masculina",(1) que les permita liberarse de sus tradicionales papeles sin temor a expresar sus sentimientos. El reportaje, concluye que su disfraz era lo único que ella tenía en común con los hombres. Desafiando en su libro una ortodoxa igualdad entre los sexos, ella concluye que los hombres y las mujeres son "tan diferentes como los miembros de dos sectas".
Después de vivir 18 meses como un hombre, la periodista Norah Vincent (Fotografía derecha) se siente feliz de ser una mujer. Su libro, recientemente lanzado en Estados Unidos, desnuda el universo masculino. La periodista del diario 'Los Ángeles Times' comenta lo que descubrió en su aventura bajo la piel masculina.
Nueva York [Agencias]. En la batalla entre los sexos, la periodista estadounidense Norah Vincent fue toda una agente secreta. Durante 18 meses vividos tras la imagen de un hombre, intentó analizar cuán distinto era aquel poco estudiado género masculino. El resultado es el libro "Self-Made Man" ("Un hombre hecho a sí mismo : El relato del viaje de una mujer al mundo masculino y su regreso", Viking Penguin editores), donde escribe cómo, confundida bajo el nombre de "Ned" y trabajando en un puesto de vendedor que recorre el lado este de Manhattan, pasó desapercibido dentro del equipo del bowling masculino o exclusivos clubes donde no se reciben mujeres. Su personaje debía mostrarse como un hombre de 35 años y algo "nerd". Eso sí, en el gimnasio o en el trabajo, debía evitar traicionar su imagen, por lo que usaba permanentemente una prótesis de pene bajo la ropa interior, los pechos muy fajados, y el rostro bajo una permanente sombra de pelo sintético.
Recientemente editado en Nueva York, su reportaje periodístico ha recibido una impresionante aclamación de la crítica y los lectores. Ha sido comparado al trabajo que John Howard, el periodista que se maquilló para pasar como un hombre de raza negra a fines de la década del 50, abriéndole los ojos a todo un país sobre la terrible discriminación racial de su época. Vincent, una intelectual lesbiana, eligió el nombre de "Ned" porque ese era el apodo que su familia le había puesto cuando la notaban excesivamente masculina. En su investigación, lejos de creer que la vida del hombre es más fácil que la de la mujer, finaliza su experiencia pensando que el género masculino lo tiene muy difícil en una sociedad que lo obliga a competir permanentemente, a mostrarse agresivo, a no salir del estereotipo y a verse permanentemente forzado a suprimir sus emociones. "Como si la cultura les dijera: vamos a cortar su corazón, pero le daremos un pase VIP para compensarlo", escribe. Estas son razones suficientes para que la autora se sienta afortunada, orgullosa, libre y feliz por haber nacido mujer", escribe al final de su libro.
Para empezar su investigación, la columnista de "Los Ángeles Times", consiguió un trabajo en el sector ventas y rápidamente conoció el lado más oscuro de la vida masculina. Sus colegas no dejaban de proferir comentarios sexistas, discutían en términos especialmente gráficos qué deseaban hacer a las mujeres que se les cruzaban en los night clubs, por ejemplo. Ella concluye que toda esta bravuconada oculta su bloqueo emocional. Para la autora, los night clubs son lugares especialmente tristes, donde campea la soledad, que le producían "una compasión profunda" por los hombres.
Sin embargo, las mujeres tampoco salen bien libradas en su reportaje: "Las mujeres con las que tuve una cita hablaban literalmente durante horas, especialmente sobre aburridos detalles de sus vidas personales. El escucharlas era como experimentar una lobotomía", denuncia. En uno de los momentos más divertidos del libro, cuando Vincent revela, en mitad de una cita, su verdadera identidad a una mujer que la autora llama "Sasha", la mujer admitió que estaba lista a considerarlo su "novio gay".
Por ello, Vincent aboga por una definición más amplia de la masculinidad y se permite en su libro animar a los hombres para que formen un movimiento de "liberación masculina",(1) que les permita liberarse de sus tradicionales papeles sin temor a expresar sus sentimientos. El reportaje, concluye que su disfraz era lo único que ella tenía en común con los hombres. Desafiando en su libro una ortodoxa igualdad entre los sexos, ella concluye que los hombres y las mujeres son "tan diferentes como los miembros de dos sectas".
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(1) En España existe un movimiento de liberación masculina, se llama AHIGE Asociación de Hombres por la Igualdad de Género. Su dirección Web es ---> AHIGE
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