De vez en cuando me gusta recordarte, que cuando cree este Blog, no era mi intención crear un lugar de noticias, pero hoy deseo comunicar una noticia también del colectivo GLBT, del cual yo también pertenezco, es por eso que hoy te comunico algo que deseo compartir contigo, y si me lo permites, con mi mayor lector, así que ahí voy…
Ella recuerda un principio de noche amarga en un lugar que se sentía fuera lugar, ya que estaba recordando a sus padres ya fallecidos y vida pasada, entre el bullicio del lugar, ella perdía infinitamente la mirada en unos dibujos de la pared, de pronto entre el gentío y sombras vio una mirada a lo lejos unos ojos marrones preciosos, una mirada sincera, una mirada cómplice que le robó la mirada a ella en su propia mirada, ella apartó la mirada , no supo porque, pero la mirada de ella se fue a volver a mirar al vacío otra vez, de pronto ella, sintió un silencio tranquilizador, y por algo indescriptible ella buscó la mirada sincera, la mirada cómplice, y esa mirada se iba acercando entre el gentío hacia ella, lentamente se dibujaba un rostro, y ella quedó tranquila por la cercanía de un rostro tranquilizador y cómplice siempre cómplice, él pidió si podía sentarse al lado de ella, ella dijo que no había problema, que ella no era nadie y que el espacio no era suyo, ellos conversaron durante horas que parecieron minutos, un momento de silencio absoluto un cruce de miradas intensas y ella sucumbió ante aquella mirada ella ladeo la cabeza escuchando aquella voz que le hablaba y le decía palabras sinceras, a veces a margas, otras dulces… de pronto él, sus labios se acercaron a los de ella, y se fundieron en un solo ser, en solo una persona, no fue un beso robado, fue un beso apasionado, sincero y cómplice siempre cómplice, el tiempo pareció detenerse como una fotografía; en aquel precioso y maravilloso instante ella y él no volvieron a desprenderse uno del otro, y todavía hoy después de ocho años se les ve juntos caminando por la vida, creando capítulos, creando noches azules y mirando estrellas, con sus alianzas en sus dedos que se pusieron un día como es hoy; ella necesita sus besos y necesita el calor, él necesita los besos y las caricias de amor, tienen ilusión. Sus te quiero, sus te amo, se convierten en sueño y en encuentro, miradas enredadas convirtiendo el amor en puro.
Ellos aman y todo lo dan, porque su amor no conoce el final, dejándose llevar a donde van las Diosas y los Dioses entregándose hasta la muerte; yo les he visto llorar por felicidad.
Por cierto, no lo he dicho ella se llama Andrea…y él… él se llama, mi amor.
Te amo, mi amor cómplice, mi amigo, mi amiga, y amante y esposo.
Ella recuerda un principio de noche amarga en un lugar que se sentía fuera lugar, ya que estaba recordando a sus padres ya fallecidos y vida pasada, entre el bullicio del lugar, ella perdía infinitamente la mirada en unos dibujos de la pared, de pronto entre el gentío y sombras vio una mirada a lo lejos unos ojos marrones preciosos, una mirada sincera, una mirada cómplice que le robó la mirada a ella en su propia mirada, ella apartó la mirada , no supo porque, pero la mirada de ella se fue a volver a mirar al vacío otra vez, de pronto ella, sintió un silencio tranquilizador, y por algo indescriptible ella buscó la mirada sincera, la mirada cómplice, y esa mirada se iba acercando entre el gentío hacia ella, lentamente se dibujaba un rostro, y ella quedó tranquila por la cercanía de un rostro tranquilizador y cómplice siempre cómplice, él pidió si podía sentarse al lado de ella, ella dijo que no había problema, que ella no era nadie y que el espacio no era suyo, ellos conversaron durante horas que parecieron minutos, un momento de silencio absoluto un cruce de miradas intensas y ella sucumbió ante aquella mirada ella ladeo la cabeza escuchando aquella voz que le hablaba y le decía palabras sinceras, a veces a margas, otras dulces… de pronto él, sus labios se acercaron a los de ella, y se fundieron en un solo ser, en solo una persona, no fue un beso robado, fue un beso apasionado, sincero y cómplice siempre cómplice, el tiempo pareció detenerse como una fotografía; en aquel precioso y maravilloso instante ella y él no volvieron a desprenderse uno del otro, y todavía hoy después de ocho años se les ve juntos caminando por la vida, creando capítulos, creando noches azules y mirando estrellas, con sus alianzas en sus dedos que se pusieron un día como es hoy; ella necesita sus besos y necesita el calor, él necesita los besos y las caricias de amor, tienen ilusión. Sus te quiero, sus te amo, se convierten en sueño y en encuentro, miradas enredadas convirtiendo el amor en puro.
Ellos aman y todo lo dan, porque su amor no conoce el final, dejándose llevar a donde van las Diosas y los Dioses entregándose hasta la muerte; yo les he visto llorar por felicidad.
Por cierto, no lo he dicho ella se llama Andrea…y él… él se llama, mi amor.
Te amo, mi amor cómplice, mi amigo, mi amiga, y amante y esposo.
Andrea, sigo con ese amor adolescente de aquel 11 de agosto que nos conocimos y aquel 3 de marzo que unimos nuestras alianzas en un día como es el de hoy que mi corazón y mi alma serán tuyos eternamente.
ResponderEliminarEstos 8 años han sido maravillosos para mí.
Tu amor adolescente que te sigue amando con locura. Que aunque sea muy repetitivo me da igual, porque es lo que siento jodida.Mi corazón late gracias a que tu corazón está a mi lado.
Te amo amor mío. :)……………………….
Una historia de amor muy tierna y conmovedora.
ResponderEliminarOs deseo que viváis juntos una vida llena de amor y de felicidad, juntos durante toda la vida compartiendo vuestro amor.
Besos, Andrea.