Agita el abanico con la gracia que lo hubiese hecho la reina María Antonieta a fines del siglo XVIII en la corte francesa. Una Fiorella Cava completamente femenina se encargó de dejar en el pasado a Sergio, pero también es consciente de que la pasión por la música resultará un sello que los mantendrá unidos toda la eternidad.
Ese gusto por el rock la animó a rearmar, después de casi nueve años, la banda JAS junto a sus ex compañeros Jesús Hurtado ‘Jotache’ y Joni Chiape ‘Joni’. Para completar el cuarteto, y ante la ausencia de Coco Cortez ‘Atilio’, quien radica en los Estados Unidos, decidieron incorporar a Carlos Magán ‘Boui’.
“El grupo estaba en hibernación”, advierte la ahora pelirroja rockera. Bastó que los invitaran a simular un reencuentro en un espacio televisivo para prender aquella mecha que hoy los lleva a revivir una época dorada en los 80 y 90.
El próximo 3 de marzo, los asistentes al Teatro Peruano Japonés serán testigos de una muy publicitada reaparición. Entusiasmada y nerviosa a la vez por un próximo retorno a los escenarios, Fiorella no solo nos habló sobre los antecedentes de lo que fue juntar a sus ex compañeros ochenteros.
Sostiene también que otro de los grandes detalles del regreso será el uso de atrevidos vestuarios, quizás al estilo de la controvertida Paulina Rubio, pero también deja en claro que no desea convertirse en una vedette. Confiesa que en su afán de buscar los derechos para lograr su identidad legal, sorprendentemente fue asediada por un congresista. Revelaciones que darán que hablar.
Ese gusto por el rock la animó a rearmar, después de casi nueve años, la banda JAS junto a sus ex compañeros Jesús Hurtado ‘Jotache’ y Joni Chiape ‘Joni’. Para completar el cuarteto, y ante la ausencia de Coco Cortez ‘Atilio’, quien radica en los Estados Unidos, decidieron incorporar a Carlos Magán ‘Boui’.
“El grupo estaba en hibernación”, advierte la ahora pelirroja rockera. Bastó que los invitaran a simular un reencuentro en un espacio televisivo para prender aquella mecha que hoy los lleva a revivir una época dorada en los 80 y 90.
El próximo 3 de marzo, los asistentes al Teatro Peruano Japonés serán testigos de una muy publicitada reaparición. Entusiasmada y nerviosa a la vez por un próximo retorno a los escenarios, Fiorella no solo nos habló sobre los antecedentes de lo que fue juntar a sus ex compañeros ochenteros.
Sostiene también que otro de los grandes detalles del regreso será el uso de atrevidos vestuarios, quizás al estilo de la controvertida Paulina Rubio, pero también deja en claro que no desea convertirse en una vedette. Confiesa que en su afán de buscar los derechos para lograr su identidad legal, sorprendentemente fue asediada por un congresista. Revelaciones que darán que hablar.
–¿Qué animó a Fiorella regresar a la música junto a JAS ?
–Aparecimos en el programa Magaly Tevé y a los días Jotache me dice "¡Fiorella, qué te parece si nos volvemos juntar!". Me ha llamado Joni, me ha llamado Coco, me ha llamado gente que había estudiado primaria, amigas de la universidad, divorciadas, todo el mundo, un cariño. Estaba muy nerviosa, pensaba que la gente me iba a lapidar, pero ha sido todo lo contrario.
–Este retorno no solo es para un show, viene con disco incluido...
–Es un retorno. Estamos para proyectarnos hasta la internacionalización. Tenemos más madurez como músicos y artistas con la visión original que teníamos. En el concierto del retorno soltamos un par de temas que grabamos.
–Tu cambio de identidad concitó la atención mundial de la prensa. ¿Crees que eso ayuda de alguna forma en la publicidad?
–Simplemente es una circunstancia. Novedad sería que tocara una guitarra con cuatro manos. Mi caso es único en el mundo, soy una mujer trans, cantante, compositora, líder de un grupo. Abogada, antropóloga. Lo que le interesa a la gente es el arte. Cada día me siento más segura con mi voz, con la capacidad escénica que pueda tener. Sergio estaba limitado a un rol masculino y yo siempre he sido una mujer, me veía encerrada en una identidad que no era mía y que era un rol, ahora soy yo más libre de hacer lo que me da la gana.
–Hay un cambio en el timbre de tu voz. ¿Qué sucederá cuando estés en el escenario e interpretes canciones de antaño?
–¿Has escuchado a Melissa Etheridge? Ella es una guitarrista y cantante norteamericana con mucha potencia, puede cantar como Janis Joplin o como The Doors. Igualito yo, te puedo cantar una canción de una cantante femenina o de un masculino. La diferencia es que no tengo el timbre de un varón ni soy una soprano. Soy una rockera que canta y toca su primera guitarra. Eso sí, no una figurita que el enamorado la pone a cantar para sus amigos de la universidad.
–Hasta tienes diseñadores de vestuario.
–JAS siempre marcó diferencias. Mientras me sienta cómoda, lo que me caiga bien. Vestidos vanguardistas. Si me apetece usar un jean, lo voy a hacer. Cada cosa en su momento.
–¿Hay algo en especial en tus composiciones?
–Mucha gente se ha sentido identificada con las letras de JAS. Algunos me dicen caramba, esa de la canción Secuestro mental, la letra Me tienes atada a tu piel, esa era Fiorella. He dado muchas claves, por ejemplo el baile de Personalidad llamó a todo el mundo la atención. Era el baile de la marioneta, supuestamente había una persona desde arriba controlando mi cuerpo y mis piernas.
–En los 80, un diskjockey (Wolfie Medina) acusó de plagio a Sergio Cava. Dijo que el tema Hubo en el mundo no le pertenecía a JAS sino a otra banda americana.
–JAS siempre fue de vanguardia. Estas cosas las tomaba en forma deportiva. Cuando un grupo alcanza notoriedad, van a venir fulanos que te van a decir yo compuse eso en un campamento y de ahí ustedes se lo han copiado. La música son doce notas, son pocos acordes y el rock tiene su manera de expresarse. Ocho compases copiados, eso sí es plagio. Ahora son capaces de decir que me copié de Hedwig, una cantante transexual que fue líder de un grupo, que el vestido que tengo lo usó Paulina Rubio en tal video. Oye, no fastidien.
–¿Tus prendas tendrán similitud con las de Paulina Rubio?
–Un poco osado, pero tampoco soy vedete. No me gusta exhibir mucho, pero soy mujer y por ende sensual. Agresiva tampoco.
Congresista osado
–¿En algún momento la fama mareó a Sergio?
–Nunca. Nunca dejé de ir a comer mi chifita al Mercado Central. Nunca dejé de caminar por Paruro a husmear en las tiendas de ventas de instrumentos. Mira, no tengo carro, subo a una combi, bus, taxi, no pasa nada.
–¿Legalmente todavía no tienes un DNI como Fiorella Cava?
–Mis papeles dicen un nombre y un género que no es el mío (Sergio Cava). En mi DNI está mi foto y la firma de Fiorella porque yo puedo firmar como me dé la gana. Falta una ley de identidad de género, yo estoy peleando por eso pero de manera muy callada con algunos parlamentarios. Claro que por ahí también te das cuenta de que hay algún congresista que quiere acostarse contigo; entonces a eso le digo ¡fuera!... no me interesa.
–¿Ese congresista es oficialista o de oposición?
–No te voy a decir que el tipo me quiso violar, pero como mujer me doy cuenta cuando el interés de la persona no es lo que te dijo al principio. No diré el nombre para no hacer un escándalo político, porque no soy vedete para hacerlo.
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Datos
CONCIERTOS. El 3 de marzo JAS estará en el Teatro Peruano Japonés y el 5 formará parte de la Vendimia de Ica.
–Aparecimos en el programa Magaly Tevé y a los días Jotache me dice "¡Fiorella, qué te parece si nos volvemos juntar!". Me ha llamado Joni, me ha llamado Coco, me ha llamado gente que había estudiado primaria, amigas de la universidad, divorciadas, todo el mundo, un cariño. Estaba muy nerviosa, pensaba que la gente me iba a lapidar, pero ha sido todo lo contrario.
–Este retorno no solo es para un show, viene con disco incluido...
–Es un retorno. Estamos para proyectarnos hasta la internacionalización. Tenemos más madurez como músicos y artistas con la visión original que teníamos. En el concierto del retorno soltamos un par de temas que grabamos.
–Tu cambio de identidad concitó la atención mundial de la prensa. ¿Crees que eso ayuda de alguna forma en la publicidad?
–Simplemente es una circunstancia. Novedad sería que tocara una guitarra con cuatro manos. Mi caso es único en el mundo, soy una mujer trans, cantante, compositora, líder de un grupo. Abogada, antropóloga. Lo que le interesa a la gente es el arte. Cada día me siento más segura con mi voz, con la capacidad escénica que pueda tener. Sergio estaba limitado a un rol masculino y yo siempre he sido una mujer, me veía encerrada en una identidad que no era mía y que era un rol, ahora soy yo más libre de hacer lo que me da la gana.
–Hay un cambio en el timbre de tu voz. ¿Qué sucederá cuando estés en el escenario e interpretes canciones de antaño?
–¿Has escuchado a Melissa Etheridge? Ella es una guitarrista y cantante norteamericana con mucha potencia, puede cantar como Janis Joplin o como The Doors. Igualito yo, te puedo cantar una canción de una cantante femenina o de un masculino. La diferencia es que no tengo el timbre de un varón ni soy una soprano. Soy una rockera que canta y toca su primera guitarra. Eso sí, no una figurita que el enamorado la pone a cantar para sus amigos de la universidad.
–Hasta tienes diseñadores de vestuario.
–JAS siempre marcó diferencias. Mientras me sienta cómoda, lo que me caiga bien. Vestidos vanguardistas. Si me apetece usar un jean, lo voy a hacer. Cada cosa en su momento.
–¿Hay algo en especial en tus composiciones?
–Mucha gente se ha sentido identificada con las letras de JAS. Algunos me dicen caramba, esa de la canción Secuestro mental, la letra Me tienes atada a tu piel, esa era Fiorella. He dado muchas claves, por ejemplo el baile de Personalidad llamó a todo el mundo la atención. Era el baile de la marioneta, supuestamente había una persona desde arriba controlando mi cuerpo y mis piernas.
–En los 80, un diskjockey (Wolfie Medina) acusó de plagio a Sergio Cava. Dijo que el tema Hubo en el mundo no le pertenecía a JAS sino a otra banda americana.
–JAS siempre fue de vanguardia. Estas cosas las tomaba en forma deportiva. Cuando un grupo alcanza notoriedad, van a venir fulanos que te van a decir yo compuse eso en un campamento y de ahí ustedes se lo han copiado. La música son doce notas, son pocos acordes y el rock tiene su manera de expresarse. Ocho compases copiados, eso sí es plagio. Ahora son capaces de decir que me copié de Hedwig, una cantante transexual que fue líder de un grupo, que el vestido que tengo lo usó Paulina Rubio en tal video. Oye, no fastidien.
–¿Tus prendas tendrán similitud con las de Paulina Rubio?
–Un poco osado, pero tampoco soy vedete. No me gusta exhibir mucho, pero soy mujer y por ende sensual. Agresiva tampoco.
Congresista osado
–¿En algún momento la fama mareó a Sergio?
–Nunca. Nunca dejé de ir a comer mi chifita al Mercado Central. Nunca dejé de caminar por Paruro a husmear en las tiendas de ventas de instrumentos. Mira, no tengo carro, subo a una combi, bus, taxi, no pasa nada.
–¿Legalmente todavía no tienes un DNI como Fiorella Cava?
–Mis papeles dicen un nombre y un género que no es el mío (Sergio Cava). En mi DNI está mi foto y la firma de Fiorella porque yo puedo firmar como me dé la gana. Falta una ley de identidad de género, yo estoy peleando por eso pero de manera muy callada con algunos parlamentarios. Claro que por ahí también te das cuenta de que hay algún congresista que quiere acostarse contigo; entonces a eso le digo ¡fuera!... no me interesa.
–¿Ese congresista es oficialista o de oposición?
–No te voy a decir que el tipo me quiso violar, pero como mujer me doy cuenta cuando el interés de la persona no es lo que te dijo al principio. No diré el nombre para no hacer un escándalo político, porque no soy vedete para hacerlo.
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Datos
CONCIERTOS. El 3 de marzo JAS estará en el Teatro Peruano Japonés y el 5 formará parte de la Vendimia de Ica.
DISCO. En el show del Peruano Japonés se venderá un disco llamado Vuelves en tu ley de 13 canciones, donde están incluidos los dos nuevos temas. El precio será de 10 soles.
TELEMUNDO. El reportero Marcelo Urquidi realiza un amplio reportaje sobre la vida personal y profesional de Fiorella.
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Extraído de NotiGay
El viaje de Fiorella Cava, roquera y escritora transexual
La transexualidad es una posición revolucionaria que atraviesa la rígida línea demarcatoria del poder en la división tradicional de los sexos, por lo tanto es subversiva.
-Fiorella Cava en Identidad Cultura y Sociedad, CISNE, Lima, 2004
Por Jorge Alberto Chávez Reyes / Notigay
Lima, Perú (Mayo, 2005). Sergio Cava fue integrante de dos de las bandas más destacadas del rock hecho en el Perú, Hielo y sobre todo JAS, banda cuyo nombre es un acrónimo de los nombres de sus fundadores: Jotache, Atilio y Sergio. Cuando pasó la época de las bandas de rock nacional, Sergio desapareció de la escena y JAS se convirtió sólo en un grato recuerdo. Pasaron más de 10 años y de pronto una escritora transexual presentó un libro y toda la prensa se volcó hacia ella con inusitado interés. La autora se presentaba como Fiorella Cava y sí, confesó, antes había sido Sergio.
Luego de su éxito como escritora, Fiorella retomó su carrera musical hace dos meses, al presentarse al frente de un reconstituido JAS en un concierto que despertó la nostalgia de los que vivieron la época dorada del rock peruano, allá por los años 80. Desde entonces ha seguido presentándose en locales de Lima y otras ciudades del interior del país, aunque su música ha sido ignorada por la mayoría de radioemisoras y su presencia ha sido vetada en el canal de televisión estatal. Ella opina que al ser una mujer transexual, no encaja en lo “correcto” y que por eso los anunciantes no quieren asociar su imagen ni a ella, ni a la música que hace con JAS.
Aquí una semblanza de ella, invitada por la UNAM a visitar México dentro de algunos meses.
Fiorella tiene muy claras las cosas, siempre fue ella aún cuando todos insistían en tratarlo como él. Siente que fue una niña que nació con un defecto físico –ya corregido gracias a la cirugía– y no un niño “desviado”. Aunque le tomó muchos años de sufrimiento en silencio –y también de estudio y reflexión– convencerse de lo que ahora proclama, y tomar la decisión de someterse a la cirugía, la convicción con la que habla y las razones que esgrime son suficientes para hacer creer a cualquiera en sus palabras.
“Mi identidad como mujer transexual es diferente. Yo no soy un ‘travesti operado’ ni tampoco un homosexual confundido, fingido o no asumido.
Vive en un departamento en Pueblo Libre, distrito donde siempre vivió, la acompaña una joven –transexual también– a quien llama su “hija”. Su aparición en la revista Somos y en reportajes de la televisión la han devuelto a ese mundo de flashes y cámaras, de reportajes y entrevistas, que conoció muy bien hasta hace algo más de una década, cuando era uno de los músicos y cantantes más destacados de la escena musical peruana.
Alta, con el abundante cabello de color entre castaño y rojizo, Fiorella se viste de manera austera y elegante, aunque con un toque de extravagancia. Sus ademanes son coquetos sin ser exagerados y su voz algo grave. Mientas converso con ella, en mi cabeza no deja de sonar No quiero más ska.
“Tuve muchos problemas porque la gente de mi entorno, incluso mis amigos, no me entendían. Ellos pensaban que era gay, pero a mí en verdad no me atraían los hombres, siempre me gustaron y todavía me gustan las mujeres, al menos principalmente. Sí, ya sé que es difícil de entender, requiere de una explicación larga y algo complicada. Tiene que ver con que la orientación sexual y la identidad de género son cosas distintas aunque ambas sean componentes de la identidad. Eso es algo que intento explicar en el libro que he escrito”.
Más o menos a los 8 años, su madre lo descubrió vestido con su ropa y maquillada. La impresión que le dejó el ceño fruncido que vio y las palabras de desaprobación que escuchó fueron algo que le costó mucho trabajo superar. Sin embargo, muchos años después, poco antes de morir, su madre alcanzó a darle algunos consejos respecto de “cómo debe comportarse una mujer”, consejos que Fiorella atesora y recuerda con inmenso cariño.
Su padre siempre creyó que era demasiado débil, demasiado “delicado” y por eso lo obligó a hacer el servicio militar en la modalidad de “movilizable”. Acudía cada fin de semana al cuartel a hacer prácticas. La situación le causó mucho sufrimiento pero aprendió a disparar, habilidad de la que se siente orgullosa.
“Yo creo que para la Iglesia Católica, admitir abiertamente la existencia de otras identidades sexuales, además del varón y la “varona” bíblicos, pondría en entredicho el mito del paraíso terrenal, por eso nunca lo van a hacer.
Sergio fue criado en una familia tradicionalmente católica y estudió en un colegio de “curas casi fascistas”, como era el La Salle de los años 60. La lucha entre lo que sentía que era y lo que le inculcaron que debía ser le provocó graves conflictos sicológicos, que estuvieron a punto de llevarla al suicidio. Reconoce que encontró sacerdotes comprensivos, pero en general la actitud fue de rechazo y, por eso, dejó de creer en la iglesia, aunque sigue considerándose católica.
“En vista que la “justicia” peruana rechazó mi cambio de identidad, tuve que recurrir a Azángaro para conseguirme un DNI. Además, sin trabajo y rechazada por mis hermanos, que con las justas me permitían vivir en la casa que fue de mis padres, necesitaba cobrar las regalías de las canciones que escribí. No era un monto muy grande, pero en esos momentos me hacía falta. Lo que hice, porque jamás quiero volver a tener que ponerme el “disfraz” masculino que usaba antes, fue hacer una carta poder por la cual mi “hermano” Sergio –que ahora vive en España– me autorizaba a cobrar ese dinero”.
Le gustaba surfear desde niño, pero en su adolescencia, su cuerpo empezó a cambiar, le salieron pechos y por eso, por vergüenza, abandonó la práctica de la tabla. Desde entonces usó siempre ropa holgada para disimular su anatomía andrógina. Estando todavía en la facultad de Derecho, estudiando su segunda carrera, a mediados de los años 90, inició el tratamiento hormonal previo a la operación, por lo que su cuerpo adquirió formas más decididamente femeninas y se dejó crecer también el pelo. Se vistió con ropa masculina por última vez el día en que recibió su colegiatura en el Colegio de Abogados de Lima. A partir de ese momento, Sergio “se fue de viaje” y nació Fiorella.
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Extraído de NotiGay
El viaje de Fiorella Cava, roquera y escritora transexual
La transexualidad es una posición revolucionaria que atraviesa la rígida línea demarcatoria del poder en la división tradicional de los sexos, por lo tanto es subversiva.
-Fiorella Cava en Identidad Cultura y Sociedad, CISNE, Lima, 2004
Por Jorge Alberto Chávez Reyes / Notigay
Lima, Perú (Mayo, 2005). Sergio Cava fue integrante de dos de las bandas más destacadas del rock hecho en el Perú, Hielo y sobre todo JAS, banda cuyo nombre es un acrónimo de los nombres de sus fundadores: Jotache, Atilio y Sergio. Cuando pasó la época de las bandas de rock nacional, Sergio desapareció de la escena y JAS se convirtió sólo en un grato recuerdo. Pasaron más de 10 años y de pronto una escritora transexual presentó un libro y toda la prensa se volcó hacia ella con inusitado interés. La autora se presentaba como Fiorella Cava y sí, confesó, antes había sido Sergio.
Luego de su éxito como escritora, Fiorella retomó su carrera musical hace dos meses, al presentarse al frente de un reconstituido JAS en un concierto que despertó la nostalgia de los que vivieron la época dorada del rock peruano, allá por los años 80. Desde entonces ha seguido presentándose en locales de Lima y otras ciudades del interior del país, aunque su música ha sido ignorada por la mayoría de radioemisoras y su presencia ha sido vetada en el canal de televisión estatal. Ella opina que al ser una mujer transexual, no encaja en lo “correcto” y que por eso los anunciantes no quieren asociar su imagen ni a ella, ni a la música que hace con JAS.
Aquí una semblanza de ella, invitada por la UNAM a visitar México dentro de algunos meses.
Fiorella tiene muy claras las cosas, siempre fue ella aún cuando todos insistían en tratarlo como él. Siente que fue una niña que nació con un defecto físico –ya corregido gracias a la cirugía– y no un niño “desviado”. Aunque le tomó muchos años de sufrimiento en silencio –y también de estudio y reflexión– convencerse de lo que ahora proclama, y tomar la decisión de someterse a la cirugía, la convicción con la que habla y las razones que esgrime son suficientes para hacer creer a cualquiera en sus palabras.
“Mi identidad como mujer transexual es diferente. Yo no soy un ‘travesti operado’ ni tampoco un homosexual confundido, fingido o no asumido.
Vive en un departamento en Pueblo Libre, distrito donde siempre vivió, la acompaña una joven –transexual también– a quien llama su “hija”. Su aparición en la revista Somos y en reportajes de la televisión la han devuelto a ese mundo de flashes y cámaras, de reportajes y entrevistas, que conoció muy bien hasta hace algo más de una década, cuando era uno de los músicos y cantantes más destacados de la escena musical peruana.
Alta, con el abundante cabello de color entre castaño y rojizo, Fiorella se viste de manera austera y elegante, aunque con un toque de extravagancia. Sus ademanes son coquetos sin ser exagerados y su voz algo grave. Mientas converso con ella, en mi cabeza no deja de sonar No quiero más ska.
“Tuve muchos problemas porque la gente de mi entorno, incluso mis amigos, no me entendían. Ellos pensaban que era gay, pero a mí en verdad no me atraían los hombres, siempre me gustaron y todavía me gustan las mujeres, al menos principalmente. Sí, ya sé que es difícil de entender, requiere de una explicación larga y algo complicada. Tiene que ver con que la orientación sexual y la identidad de género son cosas distintas aunque ambas sean componentes de la identidad. Eso es algo que intento explicar en el libro que he escrito”.
Más o menos a los 8 años, su madre lo descubrió vestido con su ropa y maquillada. La impresión que le dejó el ceño fruncido que vio y las palabras de desaprobación que escuchó fueron algo que le costó mucho trabajo superar. Sin embargo, muchos años después, poco antes de morir, su madre alcanzó a darle algunos consejos respecto de “cómo debe comportarse una mujer”, consejos que Fiorella atesora y recuerda con inmenso cariño.
Su padre siempre creyó que era demasiado débil, demasiado “delicado” y por eso lo obligó a hacer el servicio militar en la modalidad de “movilizable”. Acudía cada fin de semana al cuartel a hacer prácticas. La situación le causó mucho sufrimiento pero aprendió a disparar, habilidad de la que se siente orgullosa.
“Yo creo que para la Iglesia Católica, admitir abiertamente la existencia de otras identidades sexuales, además del varón y la “varona” bíblicos, pondría en entredicho el mito del paraíso terrenal, por eso nunca lo van a hacer.
Sergio fue criado en una familia tradicionalmente católica y estudió en un colegio de “curas casi fascistas”, como era el La Salle de los años 60. La lucha entre lo que sentía que era y lo que le inculcaron que debía ser le provocó graves conflictos sicológicos, que estuvieron a punto de llevarla al suicidio. Reconoce que encontró sacerdotes comprensivos, pero en general la actitud fue de rechazo y, por eso, dejó de creer en la iglesia, aunque sigue considerándose católica.
“En vista que la “justicia” peruana rechazó mi cambio de identidad, tuve que recurrir a Azángaro para conseguirme un DNI. Además, sin trabajo y rechazada por mis hermanos, que con las justas me permitían vivir en la casa que fue de mis padres, necesitaba cobrar las regalías de las canciones que escribí. No era un monto muy grande, pero en esos momentos me hacía falta. Lo que hice, porque jamás quiero volver a tener que ponerme el “disfraz” masculino que usaba antes, fue hacer una carta poder por la cual mi “hermano” Sergio –que ahora vive en España– me autorizaba a cobrar ese dinero”.
Le gustaba surfear desde niño, pero en su adolescencia, su cuerpo empezó a cambiar, le salieron pechos y por eso, por vergüenza, abandonó la práctica de la tabla. Desde entonces usó siempre ropa holgada para disimular su anatomía andrógina. Estando todavía en la facultad de Derecho, estudiando su segunda carrera, a mediados de los años 90, inició el tratamiento hormonal previo a la operación, por lo que su cuerpo adquirió formas más decididamente femeninas y se dejó crecer también el pelo. Se vistió con ropa masculina por última vez el día en que recibió su colegiatura en el Colegio de Abogados de Lima. A partir de ese momento, Sergio “se fue de viaje” y nació Fiorella.
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