MÉXICO: La ciencia ante la transexualidad

Fuente: Por Esto!-.
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Escrito por: Juan José Morales

Tradicionalmente, a los transexuales se les ha considerado tan sólo homosexuales. Esto es, hombres que se sienten atraídos por otros hombres, y que adoptan modales, vestimenta y actitudes de mujer. Pero de acuerdo con recientes investigaciones, las cosas no son tan simples.

No se trata de una mera conducta superficial. El transexual no simula ser mujer. Se siente mujer, y actúa como tal. Fisiológicamente, es de género masculino. Pero mentalmente lo es del femenino. El transexual —explica la Dra. Selma González Serratos, del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM— es un ser humano que nace con un cuerpo que no corresponde a sus sensaciones emocionales, físicas, psíquicas, afectivas y psicológicas, que son las del sexo opuesto.

No hay estadísticas precisas, pero según el Dr. Rafael Salín Pascual, responsable de la Clínica de la Diversidad Sexual del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la propia UNAM, se calcula que en el mundo hay un transexual por cada 30 mil habitantes. Muchísimo menos que homosexuales, de los cuales se estima hay uno por cada 20.

Y la razón de la transexualidad no sería sicológica como muchos piensan, sino genética. Así lo indica un estudio encabezado por el Prof. Vincent Harley, director del Departamento de Genética Molecular del Instituto Príncipe Enrique, una institución australiana de renombre mundial por sus investigaciones sobre endocrinología y reproducción humana.

Al examinar el ADN —el ácido desoxirribonucleico, que transmite los caracteres hereditarios— de 112 mujeres transexuales (mujeres naciadas varón) y compararlo con el de hombres no transexuales, se encontró una marcada anomalía en cierto gen denominado receptor andrógeno o RA, para abreviar, que gobierna la acción de la hormona sexual masculina testosterona.

Aquí cabe un paréntesis para explicar que durante la primera etapa de la gestación, antes de la semana 14, el feto tiene un cerebro femenino porque predominan las hormonas de la madre. Pero a partir de ese momento, si posee cromosomas XY —que determinan el género masculino— comienza a producir testosterona, que bloquea las hormonas femeninas. Como resultado, los circuitos neuronales se masculinizan.

Pero si existe una anomalía del gene RA, el feto experimenta una insuficiencia de testosterona y por lo tanto su cerebro no llega a masculinizarse suficientemente, lo cual hace que conserve acentuadas características mentales femeninas, e incluso el cuerpo desarrolla ciertos rasgos femeninos. Así, el transexual nace siéndolo. No se hace. No adquiere o desarrolla una mente de mujer en el curso de su vida a consecuencia de traumas de infancia, problemas familiares o influencias sociales como muchos sostienen. La tiene desde que nace.

El estudio, en el cual participaron también investigadores de la universidad australiana de Melbourne y de la Universidad de California en Los Angeles, se publicó en la revista Biological Psychiatry y ha despertado gran interés, pues durante mucho tiempo las causas de la transexualidad han sido objeto de intenso debate entre los científicos. Hay quienes la consideran simplemente un estilo de vida, una opción sexual, una conducta que la persona elige libremente. En el otro extremo está la tesis de que se debe a factores biológicos más allá de la capacidad de decisión del individuo, que determinan su conducta independientemente de su voluntad. Y, desde luego, no faltan quienes la consideren una patología, una conducta aberrante o sencillamente un pecado.

Como señalaba el Dr. Salín Pascual desde antes de que se diera a conocer la investigación que mencionamos, “la homosexualidad y la transexualidad son biológicas, no hay culpables y el único problema es con la sociedad.”