Fuente: Diario Levante y Castelló-.
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El Consejo de Ministros aprobó el pasado 13 de agosto una modificación del reglamento militar que abre la puerta, definitivamente, a que las personas transexuales puedan enrolarse en el Ejército y en la Guardia Civil. Más de tres años después de que Alba Romero - una agente transexual de 37 años destinada en la Comandancia de la Guardia Civil de Castelló- se enfrentara a la cúpula militar para defender sus derechos, el Ejecutivo ha dado el paso legal para regular la entrada en los cuarteles de este colectivo.
El caso pionero de Alba Romero saltó a las primeras páginas de todos los diarios nacionales después de que Levante de Castelló publicara en exclusiva su historia. Desde entonces, Romero se ha convertido en un icono para las personas transexuales que sueñan con ser militares algún día.
"Fui el primero caso, es cierto, y fue muy difícil para mí reivindicar mis derechos. Pero hoy estoy muy contenta de mi trabajo y muy contenta de que el Gobierno, por fin, se haya decidido a legalizar nuestra situación". Romero está perfectamente integrada en el equipo de Policía Judicial de Castelló, donde investiga casos de violencia de género.
El pasado 13 de agosto, el Gobierno dictó un Real Decreto por el que se clarifica el reglamento para la determinación de la aptitud psicofísica del personal de las Fuerzas Armadas, en los apartados relacionados con las denominadas "disforias sexuales".
Según informa el Gobierno, el nuevo texto pretende adaptar a la sensibilidad social actual algunos términos y expresiones referentes a las personas con cambios en los genitales. Estas personas, según señala la nota del Gobierno, tienen la misma aptitud para el servicio militar que tendrían sin esos cambios, "siempre y cuando su salud no se vea comprometida por alteraciones que pudieran condicionar su aptitud psicofísica".
Además, los cambios en el reglamento "pretenden facilitar al personal y juntas de evaluación la determinación del grado de incapacidad médica para el servicio en las Fuerzas Armadas", para distinguir entre la incapacidad para cualquier trabajo y la limitada a una actividad en el Ejército o Guardia Civil.
El nuevo texto establece que, a partir de la entrada en vigor de esta norma, la aptitud psicofísica del personal de la Guardia Civil se determinará aplicando los baremos que figuran en el decreto de 23 de diciembre de 1999, de procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía. Defensa ya había prometido hace meses modificar sus reglamentos y sus cuadros médicos después de que Alba Romero denunciara públicamente su caso y que rechazara por dos veces la entrada en el Ejército a un hombre transexual jiennense al carecer de pene y testículos.
"Espero que todo esto sirva para hacer más fácil el reintegro de personas como yo al servicio. No hay que olvidar que somos gente que tiene una vocación militar, que el Ejército es nuestra vida, y que se estaba cometiendo una gran injusticia", añade Romero.
La agente de Policía Judicial considera que a partir de ahora las personas en esta situación "darán la cara, no se esconderán, como venía ocurriendo hasta ahora".
Romero lleva 20 años en el cuerpo. Veinte años de vocación y servicio al ciudadano.
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El Consejo de Ministros aprobó el pasado 13 de agosto una modificación del reglamento militar que abre la puerta, definitivamente, a que las personas transexuales puedan enrolarse en el Ejército y en la Guardia Civil. Más de tres años después de que Alba Romero - una agente transexual de 37 años destinada en la Comandancia de la Guardia Civil de Castelló- se enfrentara a la cúpula militar para defender sus derechos, el Ejecutivo ha dado el paso legal para regular la entrada en los cuarteles de este colectivo.
El caso pionero de Alba Romero saltó a las primeras páginas de todos los diarios nacionales después de que Levante de Castelló publicara en exclusiva su historia. Desde entonces, Romero se ha convertido en un icono para las personas transexuales que sueñan con ser militares algún día.
"Fui el primero caso, es cierto, y fue muy difícil para mí reivindicar mis derechos. Pero hoy estoy muy contenta de mi trabajo y muy contenta de que el Gobierno, por fin, se haya decidido a legalizar nuestra situación". Romero está perfectamente integrada en el equipo de Policía Judicial de Castelló, donde investiga casos de violencia de género.
El pasado 13 de agosto, el Gobierno dictó un Real Decreto por el que se clarifica el reglamento para la determinación de la aptitud psicofísica del personal de las Fuerzas Armadas, en los apartados relacionados con las denominadas "disforias sexuales".
Según informa el Gobierno, el nuevo texto pretende adaptar a la sensibilidad social actual algunos términos y expresiones referentes a las personas con cambios en los genitales. Estas personas, según señala la nota del Gobierno, tienen la misma aptitud para el servicio militar que tendrían sin esos cambios, "siempre y cuando su salud no se vea comprometida por alteraciones que pudieran condicionar su aptitud psicofísica".
Además, los cambios en el reglamento "pretenden facilitar al personal y juntas de evaluación la determinación del grado de incapacidad médica para el servicio en las Fuerzas Armadas", para distinguir entre la incapacidad para cualquier trabajo y la limitada a una actividad en el Ejército o Guardia Civil.
El nuevo texto establece que, a partir de la entrada en vigor de esta norma, la aptitud psicofísica del personal de la Guardia Civil se determinará aplicando los baremos que figuran en el decreto de 23 de diciembre de 1999, de procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía. Defensa ya había prometido hace meses modificar sus reglamentos y sus cuadros médicos después de que Alba Romero denunciara públicamente su caso y que rechazara por dos veces la entrada en el Ejército a un hombre transexual jiennense al carecer de pene y testículos.
"Espero que todo esto sirva para hacer más fácil el reintegro de personas como yo al servicio. No hay que olvidar que somos gente que tiene una vocación militar, que el Ejército es nuestra vida, y que se estaba cometiendo una gran injusticia", añade Romero.
La agente de Policía Judicial considera que a partir de ahora las personas en esta situación "darán la cara, no se esconderán, como venía ocurriendo hasta ahora".
Romero lleva 20 años en el cuerpo. Veinte años de vocación y servicio al ciudadano.
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