Fuente: Vanguardia - Información con Valor (Saltillo, Coahulia, México)-.
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Nota personal: Aunque este artículo no sea preferencialmente y únicamente relacionado con información TLGB, me propongo a colocarlo, por el motívo tan imenso que tiene su redactora, Patricia Kelly, en mostrar información y opinión básica, que encuentra mi persona fundamentalmente lógica.Por otra parte semanas anteriores mi persona escribió a Patricia Kelly agradeciendole el trato peciso y perfecto sobre la transexualidad en un artículo de opinión que escribió y que Trans_Bitacora publicó.
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Publicado el: 03-Marzo-2008
“En Ohio, Estados Unidos, suspenden de su escuela a un niño de seis años, por usar un corte de pelo tipo indio mohicano”.
“En Brasil se celebró el Día Internacional de la Ropa Interior por lo que cientos de personas desfilaron en ‘paños menores”; en Holanda pretenden que las musulmanas usen un ‘burkini’ para entrar a las albercas; y el colmo, “en Italia se ha declarado delito que los hombres se rasquen la entrepierna en público”.
Estas son algunas notas periodísticas aparecidas esta semana y que nos llevan a reflexionar sobre el cuerpo humano y su pretendido control. En alguno de sus textos, Michel Foucault afirma que quien controla nuestro cuerpo, controla nuestra sexualidad, y estas notas me llevaron a recordar que el filósofo francés sigue vigente.
Traje de baño especial
En varios países musulmanes son severamente castigadas las mujeres que se atreven a salir a la calle sin un hombre de su familia que las acompañe, y tampoco pueden disfrutar de un chapuzón de alberca.
El famoso ‘burkini’ pretende ser una prenda facilitadora para que las mujeres puedan entrar a una alberca sin exponer su cuerpo a la vista de otros, lo que puede ser para los fundamentalistas altamente riesgoso. Aheda Zanetti, la diseñadora australiana que le dio vida, pensaba ofrecerlo en 150 euros, pero la propuesta fue rechazada. No permitir que las mujeres que pertenecen a la religión musulmana muestren su cuerpo, es una forma de negarles la expresión de su sexualidad, del disfrute de las sensaciones que este puede registrar cuando entra en contacto con el sol, con el viento, con la arena.
La manifestación mayúscula de esta situación la representa la mutilación genital, aquella que entre otros métodos emplea el corte definitivo del clítoris, cuya única función en el cuerpo femenino es el de proporcionar placer.
Muchos pueblos africanos y asiáticos a través de la migración, han exportado la costumbre hacia América. Los grupos de defensa de los derechos humanos y sobre todo de los derechos de la mujer, trabajan para eliminar esta barbarie.
Ropa interior en museos
Y mientras en unos países ya no encuentran la forma de reprimir y ocultar el cuerpo, en otros, como Brasil, celebraron con bombo y platillo el Día Internacional de la Ropa Interior, y en Polonia, hasta es motivo de una exposición especial.
Hombres y mujeres brasileños desfilaron en Brasilia vistiendo diferentes marcas de ropa interior.
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Nota personal: Aunque este artículo no sea preferencialmente y únicamente relacionado con información TLGB, me propongo a colocarlo, por el motívo tan imenso que tiene su redactora, Patricia Kelly, en mostrar información y opinión básica, que encuentra mi persona fundamentalmente lógica.Por otra parte semanas anteriores mi persona escribió a Patricia Kelly agradeciendole el trato peciso y perfecto sobre la transexualidad en un artículo de opinión que escribió y que Trans_Bitacora publicó.
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Publicado el: 03-Marzo-2008
“En Ohio, Estados Unidos, suspenden de su escuela a un niño de seis años, por usar un corte de pelo tipo indio mohicano”.
“En Brasil se celebró el Día Internacional de la Ropa Interior por lo que cientos de personas desfilaron en ‘paños menores”; en Holanda pretenden que las musulmanas usen un ‘burkini’ para entrar a las albercas; y el colmo, “en Italia se ha declarado delito que los hombres se rasquen la entrepierna en público”.
Estas son algunas notas periodísticas aparecidas esta semana y que nos llevan a reflexionar sobre el cuerpo humano y su pretendido control. En alguno de sus textos, Michel Foucault afirma que quien controla nuestro cuerpo, controla nuestra sexualidad, y estas notas me llevaron a recordar que el filósofo francés sigue vigente.
Traje de baño especial
En varios países musulmanes son severamente castigadas las mujeres que se atreven a salir a la calle sin un hombre de su familia que las acompañe, y tampoco pueden disfrutar de un chapuzón de alberca.
El famoso ‘burkini’ pretende ser una prenda facilitadora para que las mujeres puedan entrar a una alberca sin exponer su cuerpo a la vista de otros, lo que puede ser para los fundamentalistas altamente riesgoso. Aheda Zanetti, la diseñadora australiana que le dio vida, pensaba ofrecerlo en 150 euros, pero la propuesta fue rechazada. No permitir que las mujeres que pertenecen a la religión musulmana muestren su cuerpo, es una forma de negarles la expresión de su sexualidad, del disfrute de las sensaciones que este puede registrar cuando entra en contacto con el sol, con el viento, con la arena.
La manifestación mayúscula de esta situación la representa la mutilación genital, aquella que entre otros métodos emplea el corte definitivo del clítoris, cuya única función en el cuerpo femenino es el de proporcionar placer.
Muchos pueblos africanos y asiáticos a través de la migración, han exportado la costumbre hacia América. Los grupos de defensa de los derechos humanos y sobre todo de los derechos de la mujer, trabajan para eliminar esta barbarie.
Ropa interior en museos
Y mientras en unos países ya no encuentran la forma de reprimir y ocultar el cuerpo, en otros, como Brasil, celebraron con bombo y platillo el Día Internacional de la Ropa Interior, y en Polonia, hasta es motivo de una exposición especial.
Hombres y mujeres brasileños desfilaron en Brasilia vistiendo diferentes marcas de ropa interior.
El asunto no queda allí, la ropa intima que empezara por cubrir todo nuestro cuerpo, hoy ha llegado a puntos tan extremos como las tangas tipo ‘hilo dental’ que ahora pueden admirarse en Polonia en el Museo de la Industria en donde se muestran 180 prendas íntimas. Esta indumentaria fue evolucionando en la medida en que el rol de la mujer cambió.
El negocio de la ropa interior, sobre todo la femenina, se ha convertido en algo rentable, e incluso ha llegado a convertirse en objeto de culto (fetichismo).
Para la buena suerte
En la localidad de Como, Italia, que los hombres tocaran su entrepierna en algún momento, se interpretaba como el equivalente de “toco madera”, esa expresión que busca alejar un mal pensamiento o un mal augurio. Sin embargo, hoy se ha tipificado como delito, porque algunos jueces lo han considerado un acto “contrario al decoro y a la decencia”. Incluso, un hombre de 42 años, fue recientemente multado con 200 euros por “indecente”.
Estas notas de la vida real nos llevan a reflexionar brevemente sobre el control del cuerpo, las diferencias que pueden darse entre los distintos países, y cómo hasta en algunos casos, puede convertirse en una forma de control masivo.
¿Por qué inquieta tanto a unos sectores que dos personas del mismo sexo disfruten de sus cuerpos y se amen?, ¿seguimos reduciendo la función de la sexualidad humana a la mera reproducción?, ¿por qué nos negamos a aceptar que existen personas que necesitan transformar su cuerpo para sentirse completas?
La historia de este cambio es relativamente reciente. La primera operación formal se hizo en 1921 cuando R. (Trans_Bitacora se reserva el total derecho a no mostrar nombres masculinos de personas travestis o transexuales)se convierte en Dora. Y a partir de esta fecha se emplearon los avances científicos para aplicarlos a la modificación del cuerpo.
En Francia se aceptó oficialmente el cambio de sexo hasta 1979, aunque la primera operación se hizo en 1970, y es en 1991 cuando un tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a Francia por “haber negado indebidamente un cambio de sexo en el registro civil”. La transexualidad pasa de ser una enfermedad (así la contemplan todavía algunas corrientes siquiátricas), al derecho a la transformación y coherencia entre mi sentir y mi cuerpo.
Las mujeres son las que padecen más este control, incluso, en la discusión sobre el aborto que todavía retumba en nuestro país, se sigue argumentando que las mujeres no pueden decidir sobre lo que pasa dentro de ellas mismas.
En la vida cotidiana existen caballeros que desean controlar la forma en que se visten sus mujeres, “esto sí me gusta, esto no te queda”, “¿ya te fijaste qué pareces con esa falda tan corta o con esa blusa escotada”. Controlar nuestro cuerpo es una forma de incidir en lo que pensamos de nosotras (os) mismos (as).
Permitir que otros decidan sobre él, es dejar nuestra vida en manos de no sé quién.
Comentarios: patricia.kelly@eluniversal.com.mx
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