11 marzo 2006

Un estudio revela la vida y los padecimientos de las travestis

Noticia extraída de Página/12

Por primera vez, un informe sistematizó la situación de las travestis: violencia, vivienda, salud, educación. El libro que recopila el estudio fue publicado por Madres de Plaza de Mayo.

Por Emilio Ruchansky


Dentro de la comisaría, por la calle, en la escuela, en el hospital, en un boliche, en su vecindario, entre sus familiares, en los medios de transporte, en cualquier oficina pública. En ese orden y en esos ámbitos, más del 90 por ciento de las travestis, transgéneros y transexuales sufrieron y sufren sistemáticamente algún tipo de violencia. Cuando el formulario de la encuesta realizada en Capital Federal, Gran Buenos Aires y Mar del Plata pedía “respuestas con un máximo de tres opciones posibles”, aparecieron las especificaciones: lideran las burlas e insultos seguidas por las agresiones físicas (en un 72,8 por ciento), la discriminación y el abuso sexual. “Estos resultados le ponen cifras al daño irreparable de la discriminación, del sufrimiento innecesario, de las barreras absurdas para el ejercicio de los derechos elementales que se levantan para algunos sujetos por el mero hecho de su identidad sexual”, señala la filósofa e investigadora Diana Maffía en el prólogo de La gesta del nombre propio, un libro que recoge y analiza los datos relevados durante el año pasado por la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (Alitt). El informe también da cuenta de las dificultades que tienen las 302 travestis encuestadas para acceder a la condición de ciudadanía, la vivienda, el sistema de salud o la educación.

Una larga lista de nombres de travestis muertas en los últimos cinco años, mencionadas durante la investigación, abre el primer capítulo de este libro. Suman en total 420 y más del 60 por ciento murió de sida. La encargada del capítulo de salud, la socióloga María Alicia Gutiérrez, da algunas pistas al citar a un médico del Hospital Muñiz que trabaja en la unidad especial para el tratamiento de VIH:
“La primera controversia es sobre dónde deberían ser internadas. Nunca se les preguntaba a ellas dónde querían ir. Allí comienza una primera situación de conflicto porque no querían ir a la sala de varones porque eran abusadas por pacientes, familiares de enfermos o por los propios enfermeros”.

Más del 85 por ciento de las entrevistadas sufrió algún tipo de abuso policial. A diferencia de las situaciones de violencia, a mayor edad aumenta la proporción de víctimas de abusos policiales:
el más mencionado es la detención ilegal que sufre el 90 por ciento de las encuestadas, seguido por los golpes perpetrados por el personal policial y el pedido de coimas. Estas últimas crecieron como consecuencia de la reforma del Código Contravencional de 1998.

Esta modificación no habilitó a la policía para detener a quienes violaran ese artículo, ya que los efectivos debían avisar al fiscal responsable de impartir las instrucciones del caso. Pero en lugar de notificar al fiscal, la policía exige una coima.
La copia de una denuncia –contenida en el libro– testimonia esta situación: “Sr. Defensor: al regresar a mi casa del barrio de Congreso, donde ejerzo la prostitución, un agente de la policía que estaba en la esquina de Cochabamba y Luis Sáenz Peña se acercó a mi domicilio y me dijo que ejercía la prostitución en mi casa y me pidió 50 pesos para no hacerme la vida imposible. Como no le di, tocó, a las cinco de la mañana, el portero eléctrico de todos los vecinos preguntando ‘¿acá vive una travesti?’. Pido la intervención de la Defensoría del Pueblo. Me amenazó con hacerme la vida imposible hasta que abandone la jurisdicción de ellos”.

La criminalización de la identidad travesti y la estigmatización que apareja el ejercicio de la prostitución callejera –principal fuente de ingreso para el 80 por ciento de las encuestadas– coloca al colectivo en una posición muy vulnerable. No es casualidad encontrar que el segundo lugar de las causas de fallecimiento, 17 por ciento de los casos, sea el asesinato. El resto de las causas de muerte mencionadas incluyen accidentes de tránsito, suicidio, cáncer, cirrosis, sobredosis, diabetes, abandono de persona y complicaciones derivadas de procedimientos de inyección de siliconas.

“Lo más sorprendente –afirma la antropóloga Josefina Fernández, una de las compiladoras del informe– fue el momento en que comenzamos a procesar las listas de travestis muertas conocidas por las mismas entrevistadas. Esta fue una experiencia verdaderamente increíble para todas las integrantes del equipo de trabajo: para unas porque el número es en sí mismo escalofriante, todas muertes evitables; para otras porque en cada nombre había una anécdota, una historia de vida.”

La marginación y la inequidad impuestas a las travestis también pueden verse en las aulas. Si se contrasta el nivel de deserción escolar del último del censo oficial de 2001 para Ciudad de Buenos Aires y los partidos del Gran Buenos Aires, la comunidad travesti duplica la proporción de la población general (de 15 años y más) que no terminó la escuela primaria. Más del 60 por ciento de las entrevistadas que abandonaron la primaria asumieron su identidad de género antes de los 13. El motivo de deserción escolar más mencionado: la discriminación. Una vez más, los testimonios humanizan las estadísticas:
“La primera situación de normatividad que yo registro es en la escuela. Yo (hasta ese momento) era libremente una niña que estaba entre un montón de hermanos, que no sabía si era niño o niña porque a nadie le importaba, era free. Pero cuando yo ingreso al sistema de escolarización lo que yo sentí era la necesidad imperiosa de esa escuela de ponerme en un lugar, de situarme una conducta y una conducta súper expulsiva”.

Publicado por la editorial de las Madres de Plaza de Mayo, este informe fue realizado por activistas travestis, transexuales, transgéneros, feministas y mujeres del campo académico. La selección de este grupo no fue casual, como advierte la otra compiladora del libro, la activista Lohana Berkins: “Responde a la vocación de nuestra organización de romper las fronteras que separan academia de activismo”.

La gesta del nombre propio puede leerse en dos sentidos, apunta Josefina Fernández:
“Todos los testimonios tienen por detrás la lucha por el nombre propio, por ser nombradas por el nombre elegido. Por ese nombre propio, las travestis no asisten al médico, no concurren a los hospitales, no acceden a la educación, al trabajo; por ese nombre propio son expulsadas de sus hogares. Por otro lado, quienes participamos en este libro esperamos que sea también la gesta del nombre propio para el colectivo travesti, que sea ese primer relato en torno del cual aglutinarse, politizar el padecimiento, proyectarlo”.

El libro será presentado hoy, a las 19, en la Biblioteca Popular Julio Huasi, Hipólito Yrigoyen 1584. Habrá una mesa redonda en
la que participarán Diana Maffía, Liliana Daunes, Lohana Berkins y Paula Viturro.

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Nota:En la misma noticia se recogen otras subnotas, referentes a este artículo, te lo paso a copiar.
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“El primer relato”

“La gesta del nombre propio es un primer esfuerzo de la comunidad travesti por elaborar un relato sobre sí mismas. Cuando un grupo excluido cuenta con su propio relato, puede con éste impugnar, poner en diálogo o rechazar lo que se ha dicho de él hasta el momento. De lo contrario, la miseria simbólica, en el sentido más ajustado y literal del concepto, ahoga y cubre, se extiende sobre el colectivo sin más”, explica Fernández, integrante del Grupo Feminista Ají de Pollo, que publicó Cuerpos desobedientes en el 2004.
“Acompañar el proceso que dio como resultado el libro –agrega– fue muy interesante. Fue un trabajo colectivo en el transcurso del cual reuníamos y articulábamos trozos de experiencia de vida, individual y colectiva, en un discurso que habla no sólo de padecimiento sino también de lucha y resistencia.” “Intentamos incorporar la mayor variedad de voces posible y asegurar, en todas las etapas, la participación de personas travestis, transexuales y transgénero y sus organizaciones”, comenta Lohana Berkins que, además de ser en 2001 la primera candidata travesti a diputada porteña, recibió el Premio Felipa 2003 otorgado por la Comisión Internacional de los Derechos Humanos para la Comunidad Gay y Lesbiana, una ONG con base en Estados Unidos.

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La historia de Andrea

El libro recopila una serie de documentos y denuncias. Como ejemplo, se transcribe una de ellas, difundida por correo electrónico en marzo de 2005 por activistas de la Asociación Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina: “Andrea era una travesti de La Matanza (provincia de Buenos Aires). El día miércoles sufrió una descompensación por lo que fue trasladada al Hospital de La Matanza del km 32. Ingresa al hospital a las 23 hs. con una afección en el intestino. Desde el momento que llegó al hospital, ella y los miembros de su familia fueron muy maltratados y discriminados. El médico que la atendió dijo que no necesitaba de intervención quirúrgica en el momento, pero ella se sentía tremendamente mal. Discutió fuertemente con el médico por lo que éste manifestó que si no estaba conforme con la atención tenía las puertas abiertas para ir a otro hospital. Ante toda esta situación de abandono y maltrato, Andrea decide, el día jueves a las 22 hs., irse con sonda y suero en un colectivo hasta el Hospital Santojanni, de la ciudad de Buenos Aires. Ingresó al hospital casi sin pulso y en grave estado. Los médicos decidieron operarla el viernes entre las 7.15 y las 10 de la mañana. Desgraciadamente pierde la vida. El jefe del Hospital Santojanni denuncia al Hospital de La Matanza por mala praxis y abandono de persona. Como si se tratara de una burla, los restos de la compañera fueron retenidos hasta hoy lunes 21 a la tarde porque supuestamente se perdieron los papeles; si no fuera por compañeras y familiares que se acercaron a la morgue y presionaron en la comisaría, iba a ser cremada porque figuraba como NN”.

09 marzo 2006

Colectivos transexuales felicitan a Instituciones Penitenciarias por normativa de prisiones

Noticia extraída de Carla Antonelli

Estos son los colectivos transexuales que han emitido comunicado y han felicitado la normativa. Es nuestro derecho reclamar la erradicación de lo que nos excluye, margina y segrega, incluso en voz alta.

También felicitarlas cuando estas nos son reconocidas, dan mas autoridad moral a quien lo demanda. Mirar hacia otro lado sin dar las gracias cuando el objetivo se ha cumplido, resta credibilidad para futuras acciones.

Carla Antonelli

La FELGT aplaude la decisión de Instituciones Penitenciarias

Mercedes Gallizo, Directora General de Instituciones Penitenciarias, decide que las transexuales presas podrán ingresar en módulos de mujeres.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales manifiesta su satisfacción por la decisión de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y considera que este paso es lógico y coherente con el anuncio de la Ley de Identidad de Género.

Con este paso se avanza hacia el reconocimiento de la dignidad del colectivo transexual.

La FELGT se dirigirá por escrito a Mercedes Gallizo, Directora General de Instituciones Penitenciarias, para agradecer su especial sensibilidad y haber considerado los planteamientos que la FELGT le trasladó en los contactos que mantuvimos en la primavera pasada.

Comunicado de Asociación de Identidad de Género de Andalucía

En estos días, una noticia ha llevado alegría y dignidad a un cierto número de celdas de prisión: la aprobación de las nuevas normas reglamentarias que prevén que las transexuales podrán ser internadas en centros para mujeres.

Pero también ha alegrado a todo el colectivo transexual, así como a los de gays, lesbianas y bisexuales, porque es una norma que reconoce la dignidad de las personas, al corresponder a la comprensión de la profunda seriedad del proceso transexual, que la lucha de años de determinadas personas, a las que hoy felicitamos, y colectivos transexuales ha conseguido que llegue a las diversas instancias de la Administración.

Por otra parte, vemos con expectación que anticipa los criterios de la próxima Ley de Identidad de Género, al poner el énfasis en el sexo en el que vive socialmente la persona, antes que en el tratamiento médico que haya podido o no seguir, en consecuencia con el desarrollo reciente de los estudios de género.

Esta Asociación de Identidad de Género de Andalucía, por ser apartidaria, pero haber seguido siempre la política de reconocer lo que algunos partidos hacen por nuestro colectivo y denunciar lo que otros no hacen, expresa su reconocimiento al actual Gobierno, a la vez que le insta a llevar a la mayor brevedad a las Cortes Generales el Proyecto de Ley de Identidad de Género, ya anunciada, cuya necesidad es acuciante para las y los transexuales a efectos prácticos cruciales, especialmente los laborales, así como para afirmar nuestra dignidad de transexuales en todas las circunstancias.

Kim Pérez Fernández-Fígares

Presidenta de la Asociación de Identidad de Género de Andalucía

Comunicado de Transexualidad Euskadi

TRANSEXUALIDAD-EUSKADI (Asociación de Transexuales de Euskadi), aplaude con entusiasmo a Instituciones Penitenciarias y a su directora, Doña Mercedes Gallizo, así como al Gobierno Español al reconocer y aprobar una nueva circular en la que por primera vez en la historia se reconoce la "identidad psico-social" de la persona transexual por encima de su sexo de nacimiento en todos los Centros Penitenciarios, de todo el Estado.

Desde el pasado mes de diciembre este tipo de cambio, lo pedían las cuatro reclusas transexuales en el Centro Penitenciario de Villabona (Asturias), en la cual TRANSEXUALIDAD-EUSKADI, conjuntamente con todo el movimiento GLBT (Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales), fue una parte muy activa del dicho cambio de una reclusa transexual al módulo de mujeres.

Hasta el presente la situación de las personas transexuales en los Centros Penitenciarios, era ya no solamente inhumana, sino también total y sumamente marginatoria, la nueva circular en la que las personas transexuales reclusas desde el presente puedan establecer que las personas cuya identidad oficial de sexo no concuerde con su identidad psico-social de género podrán solicitar de Instituciones Penitenciarias ser ingresadas en el módulo correspondiente a su nueva condición, sin que, no obstante, ello suponga la alteración de su identidad jurídica ni fuera ni dentro de prisión, y como tal en los últimos tiempos sean tratadas y tratados en consecuencia a su llegada a prisión. Así como también la recomendación por parte de las y los funcionarios de los Centros Penitenciarios. La aprobación de la nueva norma también tiene en cuenta detalles del día a día como la práctica de cacheos, que tendrán que ser electrónicos y en todo caso respetuoso con la identidad de género reconocida, esto último es muy importante, ya que hasta el presente, los tocamientos obscenos por parte de los funcionarios, era algo degradante para las personas transexuales ingresadas en prisión.

Así mismo deseamos también aplaudir, el total reconocimiento para que las personas transexuales recluidas tengan derecho a acudir a los servicios públicos de transexualización en las mismas condiciones que la ciudadanía, al tiempo que la dirección de la cárcel les garantizará la recepción del tratamiento prescrito por los servicios de salud.

Para terminar, pedimos al Gobierno una pronta aprobación de la Ley de Identidad Sexual, en beneficio de todas las personas transexuales.

Ángel De La Granja / Coordinador.

Andrea Muñiz / Presidenta de, TRANSEXUALIDAD- EUSKADI

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07 marzo 2006

Caso de Maria Jesús Lastra, una de las primeras voces visibles para derechos transexuales prisiones

Noticia extraída de Carla Antonelli

María Jesús Lastra entra en el módulo de mujeres pese a conservar los genitales masculinos. Prisiones atiende su reivindicación y primará la identidad de género y no los órganos sexuales.

Voz de Asturias-.
Seis de los 1.300 reclusos que hay ingresados en el centro penitenciario de Villabona han declarado abiertamente su condición como transexuales, pero sólo María Jesús Lastra Lamar ha emprendido una batalla en los tribunales de justicia para reclamar su derecho a convivir entre las reclusas.
El pasado mes de enero, la interna gijonesa logró un hito en la institución penitenciaria al conseguir el respaldo de la Audiencia Provincial de Oviedo para su traslado al módulo 10, exclusivo de mujeres, a pesar de que no se ha sometido a intervención quirúrgica alguna para operarse los genitales masculinos con los que nació y a que en su carnet de identidad y en todos los documentos oficiales sigue figurando oficialmente como un varón.

Su lucha se ha visto recompensada no sólo con el prurito personal de ver que los funcionarios no podrán retirarle las prendas femeninas ni las pinturas del maquillaje con el que habitualmente sale de la celda, sino que además ha conseguido cambiar la tendencia de Instituciones Penitenciarias en el tratamiento al colectivo transexual.

PROBLEMAS EMOCIONALES La directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, está especialmente sensibilizada con este tema. Al parecer, el departamento que dirige está elaborando una circular con la que dará un espaldarazo definitivo a los derechos de los presos transexuales a estar en el módulo que le corresponda a su verdadera identidad de género, independientemente de sus órganos sexuales.

La situación emocional de estas reclusas es compleja. El ejemplo más claro es el de María Jesús Lastra Lamar, que preside en Asturias el colectivo transexual Soy como soy . La interna vive en una perpetua dualidad. Conserva los genitales masculinos, aunque su apariencia externa es más femenina, al haber desarrollado el pecho con el tratamiento hormonal que ha seguido en el centro penitenciario con el apoyo del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Su filiación siempre responde al género masculino, tanto en el carnet de identidad como en los documentos oficiales y, por supuesto, en su expediente penitenciario, pero en la práctica convive, a diario, entre las reclusas.

CACHEOS Si la circular de Instituciones Penitenciarias cristaliza y se da traslado a todas las direcciones de las cárceles del país de las nuevas instrucciones, el colectivo transexual habrá logrado que, por primera vez, se prime su identidad psíquica por encima de la física o legal.

El psicólogo de Villabona ya emitió un informe, que fue incorporado a la causa que permitió a la Audiencia Provincial de Oviedo posicionarse a favor del traslado de módulo para Lastra Lamar, donde resalta que la interna presenta un malestar "persistente con su propio sexo, un sentimiento de inadecuación con su rol".

El objetivo de María Jesús Lastra es, a juicio del psicólogo, "parecerse al otro sexo y esa alteración --señala-- le provoca un malestar clínicamente significativo y un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo". Además, reconoce que desde un punto de vista "conductual y emocional", la reclusa está más cerca "del género femenino que del masculino".

El auto de la Audiencia Provincial llevó a la dirección del centro penitenciario a dictar una circular destinada a las funcionarias del departamento donde se contemplaba las medidas que debían adoptar a la hora de tratar con la interna y donde pedía que los cacheos a los que tuviera que ser sometida se realizaran únicamente "con medios electrónicos" y nunca de forma manual.

María Jesús Lastra, que ha estado ingresada en Villabona de forma intermitente para cumplir condena por delitos de robo y hurto, ha anunciado ya que apoyará al resto de los presos que quieran secundar su iniciativa en la cárcel asturiana.

MINIFALDA CON LOS HOMBRES

Hace casi una década, María Jesús Lastra aguantaba los insultos y las risas de sus compañeros de módulo que veían, día tras día, cómo emprendía una lucha en solitario con la dirección de Villabona para que no le retiraran las minifaldas con las que trataba de lucir pierna y las pinturas de maquillaje con las que se retocaba la cara y que, en más de una ocasión, le escondieron los propios presos.

Los sucesivos autos dictados por el juzgado de Vigilancia Penitenciaria que le respaldó, primero para que vistiera prendas femeninas siempre y cuando guardaran el suficiente "decoro" y no atentaran contra "el pudor" y más tarde para que pudiera seguir un tratamiento hormonal dentro del centro penitenciario han marcado un hito en la institución penitenciaria.

El pasado mes de enero se convirtió en el primer preso transexual sin operar que lograba ingresar en un módulo exclusivo de mujeres en España
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06 marzo 2006

Apoyo desde la FELGT a la ley de Identidad de Género en México

Noticia extraida de FELGT

Nos escriben desde el Colectivo Transexual Mexicano para que ayudemos a conocer su manifiesto y demandas ante la Ley de Identidad de Género

El texto a continuación es el que nos hicieron llegar vía mail

Les escribimos desde México.

Buscamos apoyo internacional para la aprobación de la Ley de Identidad Sexo-Genérica en nuestro país.

Por eso les adjuntamos nuestro manifiesto, a fin de compartir nuestra experiencia con ustedes y al mismo tiempo buscar el acercamiento ante historias de éxito como la española.

¿Nos podrían ayudar a difundir nuestro mensaje con todos sus contactos?

No duden en contactarnos para cualquier cosa en la que podamos ser útiles.


Un abrazo trans-atlántico,

Mónica De La O.
Vocera del Colectivo Transexual Mexicano.
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Manifiesto Trans México (35Kb.doc)

España tiene la legislación más avanzada del mundo

Noticia extraída de La Verdad

«La ley de Identidad de Género nos encamina hacia el fin de la discriminación legal que sufrimos», asegura Carla Antonelli (Fotografía derecha), coordinadora del Área Transexual del Partido Socialista Obrero Español. La norma establece el cambio de nombre y sexo en el Registro Civil y en el DNI sin que el transexual se haya sometido a una operación quirúrgica «La realidad es que el 50% de los implicados no puede acceder a esta cirugía, por razones de salud, edad...». A su juicio, se trata de la legislación más avanzada del mundo: la inglesa, la más progresista hasta la fecha, exige dos años para el cambio de documentos.

La principal implicación radica en el acceso laboral. Aunque no se han realizado censos,
calcula que un 70% de las mujeres transexuales ejerce la prostitución. «Y aquí el machismo también influye: una persona nacida biológicamente mujer que se reasigna a ser hombre sube un escalafón; el hombre que quiere ser mujer, lo baja».

La respuesta de la diferentes comunidades autónomas ante este problema ha sido diferente. Aragón ha anunciado que asumirá los costes del cambio de sexo y Cataluña creará una unidad específica de salud, aunque no asume su total financiación. «No se sostiene que el tripartito de izquierdas no lo haga», lamenta. En Andalucía ya lo paga la Seguridad Social.

También la Dirección General de Instituciones Penitenciarias está trabajando en una norma global que solucione los problemas de ubicación de presos transexuales antes de que la ley entre en vigor.

Además, Antonelli demanda una formación escolar sobre la transexualidad. «Enseñar el respeto a la diversidad es la mejor manera de evitar la homofobia y la transfobia», dice.

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Noticia extraída de La Verdad

JAVIER MONTILLA AUTOR DE 'LOS EXPULSADOS DEL PARAISO'

«El rechazo laboral lleva al transexual a la prostitución»

Aborda en un ensayo las dificultades sociales y jurídicas de este colectivo en España

En Los expulsados del Paraíso (Maikalili Ediciones), Javier Montilla, escritor y periodista, analiza el proceso que lleva a una persona a asumir la reasignación de sexo o los problemas cotidianos, sociales, jurídicos y económicos de vivir con un documento de identidad que no refleja la apariencia física.

-¿Qué supone la Ley de Identidad de Género, que se tramitará próximamente en el Parlamento?

-Esta legislación supone la supervivencia de las personas transexuales. Permitirá algo tan fundamental como que puedan cambiar su sexo legal sin necesidad de pasar por un quirófano. La falta de un documento que los identifique como mujeres, sobre todo, implica generalmente rechazo laboral y el recurso a la prostitución para seguir adelante.

-¿Se trata de una marginación exclusivamente legal o también social?

-Es una discriminación social que afecta sobre todo a las mujeres transexuales, porque los hombres pasan más desapercibidos, son invisibles para la mayoría. Lo diferente produce miedo y el miedo, rechazo. Hablamos de muchos individuos con estudios, universitarios, perfectamente capacitados para un puesto de trabajo digno.

-¿Y una normativa será capaz de cambiar esta situación?

-Nos encontramos ante una realidad similar a la generada con la ley de matrimonios del mismo sexo y la pedagogía social necesaria para que se normalice el hecho. De todas maneras, los transexuales van a superar problemas que son situaciones traumáticas, como abrir una cuenta corriente, pagar con la tarjeta de crédito o embarcar en un vuelo. Vivir cada día con estas pequeñas vejaciones es duro y produce desequilibrios emocionales. -Otro problema que no solventa la ley es la cobertura sanitaria, que la Seguridad Social asuma las operaciones de reasignación de sexo.

-Nos encontramos ante un asunto peliagudo, de relevancia moral, más que político o económico. Con tan sólo el 1% del presupuesto sanitario de Cataluña se cubriría totalmente la atención quirúrgica y el proceso transexualizador de toda su población afectada, la mayor de todo el país.

-¿Cómo viven su infancia los transexuales?

-El niño no sabe lo que le pasa ni tiene a nadie a quien acudir. Al final, opta por el silencio y el sufrimiento, caldo de cultivo para los desequilibrios psíquicos. Generalmente, sus familiares no saben lo que está pasando y, a menudo, tampoco lo detectan sus médicos, ya que se camufla como una homosexualidad latente. En Holanda funciona una cátedra dedicada a la formación de especialistas que asisten al paciente desde una edad temprana.

-¿Existen estadísticas sobre el número de personas afectadas?

-Se estima en unos 9.000 en España, aunque es muy difícil cuantificarlos. Muchos renuncian a ser ellos mismos porque el camino que han de recorrer es duro o por el miedo a ser rechazados.

05 marzo 2006

Los transexuales presos podrán ingresar en módulos de mujeres

Noticia extraída de El País

Prisiones primará la identidad psíquica por encima de la física o legal

Los transexuales femeninos (personas nacidas biológicamente hombres que transitan hacia mujer) podrán ingresar a partir de ahora en módulos de mujeres aunque no se hayan sometido a una operación de cambio de sexo o conserven oficialmente su nombre de varón. Instituciones Penitenciarias ultima una circular en la que por primera vez se reconoce la "identidad psico-social" de la persona por encima de su sexo de nacimiento.

A día de ayer había 40 transexuales en prisión, todos en tránsito de hombre a mujer y todos ingresados en módulos masculinos. La normativa en vigor -basada en la Ley General Penitenciaria de 1979- no deja otro resquicio. Los funcionarios deben tener en cuenta la "identidad sexual aparente" del recluso -lo que diga el carné de identidad- y dejar al margen otras cuestiones de índole social o psicológico.
Desde hace décadas, esta situación viene acarreando graves problemas a las personas con disforia de género -lo que popularmente se conoce por transexualidad- que han llegado a padecer rechazo, acoso y hasta violación por parte de otros reclusos. A finales del año pasado, la directora general de Instituciones Penitenciaria, Mercedes Gallizo, dio órdenes de mejorar la situación de los transexuales presos bajo una premisa fundamental: "Evitar sufrimientos innecesarios".

La nueva circular establece que las personas cuya identidad oficial de sexo no concuerde con su identidad psico-social de género podrán solicitar de Instituciones Penitenciarias ser ingresadas en el módulo correspondiente a su nueva condición, sin que, no obstante, ello suponga la alteración de su identidad jurídica ni fuera ni dentro de prisión. Lo que, en la práctica, la nueva medida persigue es que quien se sienta mujer -no existe constancia de transexuales masculinos encarcelados- y haya vivido como tal en los últimos tiempos sea tratado en consecuencia a su llegada a prisión.

Un año de viaje

Una vez que un interno solicite el ingreso en un módulo distinto al que le correspondería según su identidad oficial, la dirección dispondrá de un mes para emitir un informe médico y otro psico-social del recluso. Se tendrán en cuenta la situación fisiológica y sexual de la persona interesada, así como los procesos de transexualización seguidos en el exterior. Un informe psicológico indagará en la veracidad de la solicitud. Para ello se considerará necesario que la persona transexual haya iniciado su proceso al menos un año antes del ingreso en prisión.

Nunca más tarde de dos meses, el recluso será informado de la decisión de Instituciones Penitenciarias. Si la solicitud es aceptada, la dirección del centro se comprometerá a seguir los criterios de "discriminación positiva" que marca la nueva circular. La persona transexual será entonces trasladada al módulo de mujeres -intentando siempre que sea en el mismo centro penitenciario- y los funcionarios se dirigirán a ella utilizando un nombre adecuado a su identidad de género. Un nuevo nombre que le servirá para su vida cotidiana en prisión pero no para el papeleo oficial. La nueva norma también tiene en cuenta detalles del día a día como la práctica de cacheos, que tendrán que ser electrónicos y en todo caso respetuoso con la identidad de género reconocida.

Hay otro aspecto fundamental en la nueva medida. Los transexuales en prisión no sólo vienen reclamando el respeto de sus compañeros y un tratamiento acorde con su identidad.
Muchos de ellos también necesitan, y de forma imperiosa, que su viaje hacia el otro sexo no se vea interrumpido de forma brusca. Hasta ahora, la dispensación de hormonas venía dependiendo en gran medida de la buena voluntad de los médicos de cada centro. La circular puesta en marcha por Mercedes Gallizo (Fotografía superior) entra también en este asunto.

Los reclusos tendrán derecho a acudir a los servicios públicos de transexualización en las mismas condiciones que la ciudadanía, al tiempo que la dirección de la cárcel les garantizará la recepción del tratamiento prescrito por los servicios de salud.

El funcionamiento de la nueva norma será revisado dentro de un año.

Una travesía muy larga

La nueva norma está escrita en papel oficial, pero en ella se ve la letra de la actriz Carla Antonelli, responsable del área transexual del PSOE, y también de Pedro Zerolo, el secretario socialista de Políticas Sociales. "Desde hace bastantes años", explica Carla Antonelli, "se venía pidiendo que las mujeres transexuales estuvieran en el módulo que le correspondía a su verdadera identidad de género, indistintamente de que estuvieran reasignadas de genitales. Lo contrario ocasionaba muchísimos problemas, incluso traumas psicológicos, a personas que estaban en módulos de hombres, sin integración ninguna y siendo acosadas en algunos casos. Al final, en la cárcel cumplían el delito por el que estaban pero además hacían frente a otra condena añadida".

La actriz tiene en su haber una larga lucha en defensa de los derechos de los transexuales. Ya en los años ochenta fue la primera transexual que participó en un documental de televisión. Dice que la circular tiene aún más valor porque "no existe ningún otro país del mundo donde las mujeres transexuales sin reasignar de sexo vayan al módulo de mujeres".

"Y esto es muy importante", añade Carla Antonelli, "porque yo conozco muchas personas transexuales que llevan más de 20 años sin haberse hormonado porque les provoca conflicto con su salud, pero se han hecho todas las cirugías necesarias para adecuar su físico. Otras, en cambio, se han hormonado pero aún no han visitado el quirófano. No siempre el objetivo ni el fin último de las personas transexuales es la reasignación quirúrgica de genitales. Sobre todo en los transexuales masculinos [personas nacidas biológicamente mujer que transitan hacia hombre], porque esa cirugía no está lo suficientemente desarrollada. El viaje termina cuando la persona deja de tener conflicto entre su mente y su cuerpo".

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Transexuales en prisión, la doble condena

Transexuales en prisión, la doble condena

Noticia extraída de El País

Se sienten presas de su cuerpo y además tienen que cumplir su pena en módulos llenos de hombres

Reyes es una mujer, aunque desde hace ocho años el espejo de su celda se empeñe en llevarle la contraria. Los 180 hombres con los que ha compartido esta larga temporada en el módulo cuatro de la prisión de Tenerife la llaman Ana o Negra, en honor a los rasgos que heredó de su madre africana, pero también hubo quien le gritó "¡José Ramón!", que es el nombre que le puso su padre, un militar español que la hizo vivir hasta los 21 años "con las manos en los bolsillos" para que nadie notara el vuelo de sus gestos.

Reyes, al fin y al cabo, sólo es un nombre de transición, que es también el estado actual de su vida. Condenada a 12 años de prisión por diversos delitos de robo, su buen comportamiento le acaba de abrir las puertas de la cárcel y ahora sólo tiene que ir a dormir. Logró cambiar legalmente su nombre original por el de Reyes, que tanto pueden utilizar hombres como mujeres, pero no podrá ser Ana hasta que se someta a una operación de cambio de sexo o cambie la ley. Detrás quedan los ocho años en los que se sintió encerrada en la doble cárcel de su cuerpo y del penal, pero por delante se le presenta una vida tan complicada al menos como la de muchos de los 8.000 transexuales que viven en España.
"Por la noche, cuando me desnudo frente al espejo, me siento ridícula y lloro".

Reyes se sienta en una cafetería del centro de Santa Cruz y emprende un viaje asfixiante al pasado: "Cuando entras en la prisión, lo primero que haces es buscarte al chico más kie [en el argot carcelario, el más duro, el jefe del patio] y ligártelo para que te proteja. Pero si no consigues tener una pareja que se haga cargo de ti, empiezas a tener problemas. Nosotras sólo somos objetos sexuales. Sólo se te acercan para pedirte sexo o tabaco, pero sobre todo sexo, siempre sexo. Si alguien se sienta a tu lado y te ofrece un café, ya sabes que luego te pedirá que le cosas una camisa o que le hagas una felación. Las conversaciones derivan enseguida en si me harías tal cosa o me chuparías tal otra. Me vi en un módulo con 180 chicos y caí en una depresión. Estuve cuatro años en tratamiento psiquiátrico. Pedí mil veces ir al módulo de mujeres, pero nunca lo conseguí. El director que estaba antes me dijo que lo había intentado, pero que la ley no lo permitía. Me he sentido muy sola, muy mal. He cumplido una doble condena".

El miércoles pasado diluviaba en Tenerife. Ántes de la hora del almuerzo, los presos del módulo cuatro paseaban tranquilos a resguardo del chaparrón. Un funcionario abrió una de las celdas y su inquilina se presentó como un colegial que recita su lección:
"Mi nombre es Domingo Ramos Expósito pero me conocen como Laura. Me vengo sintiendo mujer desde que tengo uso de razón. Me gustaban las faldas, los tacones, las muñecas y cosas así. Estoy operada de los pechos, de las caderas, de la nariz... Ya me habré gastado en mi cuerpo como cinco millones de pesetas".

Reyes y Laura, aun teniendo tantos problemas en común, son como la noche y el día.

Laura, que está a punto de cumplir su condena de seis años por tráfico de heroína, explica su vida en una clave muy distinta: "Me siento mujer y debería tener derecho a estar en un módulo de mujeres, pero si me dieran a elegir ahora, me quedaría con los hombres. Nunca tuve problemas con los chicos. Y, sobre todo, desde hace un año, tengo novio. Nos conocimos aquí, es más joven que yo y nunca había tenido trato con ninguna persona transexual. Vivimos juntos, en esta celda. Antes de esta pareja, tuve otras relaciones, pero distintas. Esta es más sentimental, se ve más amor. Cuando yo salga, a él le quedarán todavía dos años más, pero lo esperaré". Laura está orgullosa del orden de su celda, donde los escudos del Barcelona se repiten como una letanía.

La situación de los transexuales en prisión es motivo periódico de polémica. Semanas atrás, María Jesús Lastra y otras dos internas de la prisión de Villabona (Asturias) iniciaron una huelga de hambre para reclamar sin éxito su traslado al módulo de mujeres. Los funcionarios de prisiones consultados admiten que no es fácil una solución global. Los casos de Reyes y Laura así lo atestiguan. Algunos, además, ponen sobre el tapete una pega añadida. ¿No puede ser peligroso internar en un módulo de mujeres a un varón, transexual o no, sin haberse sometido antes a la reasignación de sexo?

Reyes responde tajante a costa de su propio pudor:
"Yo no soy un peligro. Yo no eyaculo. Tengo disforia de género. Carezco de testículos. Por el tratamiento hormonal, mi pene se ha reducido hasta quedarse prácticamente en nada. Qué riesgo podría correr una mujer conmigo o con otras como yo si a mí no me gustan las mujeres... Además, el tratamiento hormonal te hace estar como con la menopausia, sin apetito sexual. Tengo un pedazo de informe que me hizo el psicólogo en el que dice que yo nací en un cuerpo equivocado. Yo siempre he soñado con que me amaba un hombre. No somos un peligro para las mujeres, lo que pasa es que nadie quiere arriesgar nada por arreglar un poquito la vida de alguien...".

Reyes se despide. Tiene prisa. Mientras se levanta dice que está sola,
que nadie es capaz de sentarse en una cafetería junto a ella y exponerse a la burla. En ese sentido, se siente todavía en prisión. Unos jóvenes, al verla marchar, le gritan "¡maricón!" y se ríen. Reyes no se vuelve. Ya dijo que tenía prisa. Tiene que hacerle la cena a su sobrina.

Buscando cariño entre ladrones

Muy cerca de la prisión de Tenerife, en la universidad de La Laguna, imparte clases una mujer transexual. Y las hay que visten el uniforme de la Guardia Civil o el de Instituciones Penitenciarias. También se las puede encontrar tras un mostrador de El Corte Inglés o en un plató de televisión. Pero a Reyes y a Laura, por más que lanzan la moneda al aire, siempre les sale la cruz. Ellas dicen que nacer en un cuerpo equivocado las empujó sin duda a la delincuencia. Y Carla Antonelli, la actriz canaria que actúa de portavoz del colectivo, tiene hasta un informe preparado para darles la razón.

Dice Reyes: "Yo siempre busqué cariño. Y sólo los ladrones y la gente de mala vida me quisieron con ellos. Me fui enredando y terminé en la cárcel. Tengo cursos de camarera y de cocinera, inglés habladoy escrito y aprobada la selectividad. Estoy matriculada en Trabajo Social pero sólo he podido conseguir un empleo de limpiadora".
Añade Laura: "Mi cuerpo se resiste a ser el de una mujer. Tenía que darle un arreglito por aquí y otro por allí. ¿Dónde iba a conseguir los cinco millones que necesitaba para tantas operaciones? Ni robé ni maté ni me prostituí, pero no tuve más remedio que dedicarme al tráfico de drogas".

Carla Antonelli: "Las personas transexuales ya lo tenemos difícil de por sí. Según un estudio de la Comunidad Europea, los transexuales somos el colectivo más discriminado en todos los países de Europa. Le hemos quitado el puesto a la comunidad gitana. Y uno de los mayores problemas es no poder poseer unos documentos de identidad acordes con nuestro sexo. Hay un mito que nos asocia a marginalidad y los empresarios piensan que somos personas problemáticas y por sistema nos niegan los puestos de trabajo".

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Laura: "¿Dónde iba a conseguir los millones que necesitaba para tantas operaciones?"

Reyes: "Me metieron en un patio con 180 chicos y caí en una depresión que duró cuatro años"