06 marzo 2006

España tiene la legislación más avanzada del mundo

Noticia extraída de La Verdad

«La ley de Identidad de Género nos encamina hacia el fin de la discriminación legal que sufrimos», asegura Carla Antonelli (Fotografía derecha), coordinadora del Área Transexual del Partido Socialista Obrero Español. La norma establece el cambio de nombre y sexo en el Registro Civil y en el DNI sin que el transexual se haya sometido a una operación quirúrgica «La realidad es que el 50% de los implicados no puede acceder a esta cirugía, por razones de salud, edad...». A su juicio, se trata de la legislación más avanzada del mundo: la inglesa, la más progresista hasta la fecha, exige dos años para el cambio de documentos.

La principal implicación radica en el acceso laboral. Aunque no se han realizado censos,
calcula que un 70% de las mujeres transexuales ejerce la prostitución. «Y aquí el machismo también influye: una persona nacida biológicamente mujer que se reasigna a ser hombre sube un escalafón; el hombre que quiere ser mujer, lo baja».

La respuesta de la diferentes comunidades autónomas ante este problema ha sido diferente. Aragón ha anunciado que asumirá los costes del cambio de sexo y Cataluña creará una unidad específica de salud, aunque no asume su total financiación. «No se sostiene que el tripartito de izquierdas no lo haga», lamenta. En Andalucía ya lo paga la Seguridad Social.

También la Dirección General de Instituciones Penitenciarias está trabajando en una norma global que solucione los problemas de ubicación de presos transexuales antes de que la ley entre en vigor.

Además, Antonelli demanda una formación escolar sobre la transexualidad. «Enseñar el respeto a la diversidad es la mejor manera de evitar la homofobia y la transfobia», dice.

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Noticia extraída de La Verdad

JAVIER MONTILLA AUTOR DE 'LOS EXPULSADOS DEL PARAISO'

«El rechazo laboral lleva al transexual a la prostitución»

Aborda en un ensayo las dificultades sociales y jurídicas de este colectivo en España

En Los expulsados del Paraíso (Maikalili Ediciones), Javier Montilla, escritor y periodista, analiza el proceso que lleva a una persona a asumir la reasignación de sexo o los problemas cotidianos, sociales, jurídicos y económicos de vivir con un documento de identidad que no refleja la apariencia física.

-¿Qué supone la Ley de Identidad de Género, que se tramitará próximamente en el Parlamento?

-Esta legislación supone la supervivencia de las personas transexuales. Permitirá algo tan fundamental como que puedan cambiar su sexo legal sin necesidad de pasar por un quirófano. La falta de un documento que los identifique como mujeres, sobre todo, implica generalmente rechazo laboral y el recurso a la prostitución para seguir adelante.

-¿Se trata de una marginación exclusivamente legal o también social?

-Es una discriminación social que afecta sobre todo a las mujeres transexuales, porque los hombres pasan más desapercibidos, son invisibles para la mayoría. Lo diferente produce miedo y el miedo, rechazo. Hablamos de muchos individuos con estudios, universitarios, perfectamente capacitados para un puesto de trabajo digno.

-¿Y una normativa será capaz de cambiar esta situación?

-Nos encontramos ante una realidad similar a la generada con la ley de matrimonios del mismo sexo y la pedagogía social necesaria para que se normalice el hecho. De todas maneras, los transexuales van a superar problemas que son situaciones traumáticas, como abrir una cuenta corriente, pagar con la tarjeta de crédito o embarcar en un vuelo. Vivir cada día con estas pequeñas vejaciones es duro y produce desequilibrios emocionales. -Otro problema que no solventa la ley es la cobertura sanitaria, que la Seguridad Social asuma las operaciones de reasignación de sexo.

-Nos encontramos ante un asunto peliagudo, de relevancia moral, más que político o económico. Con tan sólo el 1% del presupuesto sanitario de Cataluña se cubriría totalmente la atención quirúrgica y el proceso transexualizador de toda su población afectada, la mayor de todo el país.

-¿Cómo viven su infancia los transexuales?

-El niño no sabe lo que le pasa ni tiene a nadie a quien acudir. Al final, opta por el silencio y el sufrimiento, caldo de cultivo para los desequilibrios psíquicos. Generalmente, sus familiares no saben lo que está pasando y, a menudo, tampoco lo detectan sus médicos, ya que se camufla como una homosexualidad latente. En Holanda funciona una cátedra dedicada a la formación de especialistas que asisten al paciente desde una edad temprana.

-¿Existen estadísticas sobre el número de personas afectadas?

-Se estima en unos 9.000 en España, aunque es muy difícil cuantificarlos. Muchos renuncian a ser ellos mismos porque el camino que han de recorrer es duro o por el miedo a ser rechazados.

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